Después del trágico final de Arthur (interpretado por Daniel Radcliffe en la primera película) y su aviso de que no ha perdonado a nadie que viva en ese pueblo, regresa la Dama de Negro, pero con ciertos "achaques".
A pesar de ser una nueva historia, el proceso de brujería más entendible y un personaje que, de una forma un poco extraña, se conecta con los antecedentes del temible fantasma, el miedo fue casi nulo.
Fue más música y momentos de suspenso que el grito de susto en sí. El personaje protagónico parecía adelantado a todo lo que iba a ocurrir y todo se veía tan repetitivo, menos algunos detalles que descubrió Eve, que Arthur nunca pudo encontrar. Por otro lado, el final que anuncia otra película de este personaje de terror es un poco cansón. ¿En serio? ¿Otra vez? ¿Otra película con la Dama de Negro?
Hay historias, o más bien, leyendas ficticias de terror que deben ser superadas y dejar de aparecer con otra secuela en los cines. Esta es una de ellas.
5/10
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