viernes, 2 de junio de 2017

Voraz (Raw)

Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todos son veterinarios y vegetarianos. Es una estudiante brillante y prometedora, pero al ingresar en la facultad de veterinaria descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Durante la primera semana, obsesionada por encajar con sus compañeros de clase, se aleja de los principios que le han inculcado su familia, y come carne cruda por primera vez. Las consecuencias no tardan en llegar, y la joven empezará a desvelar su verdadera naturaleza. (FILMAFFINITY)



No me malinterpreten con lo que les diré a continuación, pero el canibalismo es un práctica interesante. Muchos directores han encontrado la manera (disgustante y/o exagerada) de presentar este tema, principalmente con tribus indígenas y rituales. Pero también, este acto cruel y salvaje también es desarrollado con asesinos en serie, situaciones de hambruna o personas con problemas mentales serios.

Sin embargo, ninguno de los anteriores es el caso que se puede apreciar en la película Raw, dirigida y escrito por la francesa Julia Ducournau. En esta trama, conocemos a Justine (Garance Marillier), una chica recién llegada a la escuela de veterinaria, donde también estudia su hermana mayor. A pesar de que Justine crece con una estricta dieta vegetariana, inculcada por sus padres, el primer día de novatada es obligada a comer el riñón de un conejo como parte de su "iniciación" a la universidad. Esto sería el inicio de las preferencias por carne cruda que Justine comienza a descubrir. Sin embargo, sus gustos irán más allá de la carne animal y se convertirá de una inocente vegetariana a una voraz e insasiable canibal. 


Por más grotesca que la quieran poner, y por más que quieran recordar que la gente salía vomitando de la sala cuando vio esta película en los cines y en los festivales, no es tan grave ni repugnante como otras. Incluso, me atrevo a decir que es la primera vez que veo esta temática con tanta sutileza en los ojos de la protagonista. Aplaudo la actuación de Marillier, quien tuvo la ardua tarea de interpretar a Justine y darle ese tono de inocencia, aún en las escenas más sangrientas. Justine es quizás el único personaje canibal que no les dará miedo; muy por el contrario, llegará un punto que se compadecerán de su situación que, aunque comenzó de una manera bastante inusual, resulta algo totalmente normal en su familia. Encontrarás la manera de manejarlo, Justine...

Por otro lado, la fotografía y la musicalización se suma en esta puesta en escena, jugando un papel importante para las escenas más claves, como los actos caníbales de Justine y su hermana y las escenas panorámicas. Estos dos aspectos técnicos crearon una atmósfera de suspenso que igualmente no aterrorizaba, pero si tensa, porque no te imaginas cómo continuará la historia. Como fanática del gore, puedo confirmar que las mejores escenas son las más sangrientas, por el realismo de cada gota de sangre y carne viva. Si estas fueron las que dieron asco, les admito que estas fueron mis favoritas (y no vomité...).

Raw es una película que pretende dejar dicho como todos nosotros tenemos un monstruo interior que es liberado de la forma más incípida. Vuelvo y repito, no da miedo (y a mi no me dio asco), pero sí podría generar tensión y cuestionamiento si esto es una práctica actual del siglo XXI.



Raw

Título: Voraz (Hispanoamérica) y Crudo (España)

Ficha técnica

Dirección: Julia Ducournau
Producción: Jean des Forêts
Guion: Julia Ducournau
Música: Jim Williams
Fotografía: Ruben Impens
Montaje: Jean-Christophe Bouzy
Protagonistas: Garance Marillier, Ella Rumpf y Rabah Naït Oufella 

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