jueves, 6 de diciembre de 2018

Vox Lux

Celeste (Natalie Portman) es una estrella internacional de la música pop que debe confrontar su legado en las horas previas a un gran concierto. (FILMAFFINITY)


Vox Lux cae en la categoría de inicio sorprendente que va decayendo a medida que la película avanza. A pesar de la polémica del tema que presenta y contar con actores de alto calibre, la trama se queda corta en contenido.

La historia inicia en enero de 1999. El primer día de clase después de las vacaciones de navidad se convierte en una masacre cuando un adolescente llega a la escuela con un rifle y asesina a estudiantes y maestros. Con apenas 13 años de edad, Celeste es una de las víctimas que logra sobrevivir al trauma y las heridas. En su recuperación, decide escribir una canción en memoria de aquellos que fallecieron y un manager musical ve talento en ella. Desde ese momento comienza a incursionar en la industria de entretenimiento, hundiendosé aún más en su lado oscuro, y convirtiéndose en adulta mucho antes de tiempo. 18 años después, en 2017, Celeste se ha convertido en una artista muy reconocida y sus canciones se hacen populares al instante. No obstante, un grupo de terroristas se disfrazan con las máscaras de uno de sus videos musicales y atacan a disparos a turistas en una playa. Es allí cuando su pasado vuelve a hacerse de frente, y ahora Celeste con más madurez deberá hacerle frente a los periodistas que quieren comparar el atentado a su vida desenfrenada.


Vox Lux se enfoca en dos temas: cómo la sociedad responde a un mismo tipo de sucesos en diferentes tiempos, y cómo un suceso similar simplemente se moderniza con el pasar de los años. Brady Corbet elige un tipo de suceso en específico que afecta en todas partes del mundo, sobretodo en Estados Unidos, y lo hace con una crudeza que el mismo director advierte a la audiencia evitarla si no pueden tolerar el contenido. El gore de los atentados terroristas y la manera en que Celeste ha tenido que asumir su vida es insensiblemente directa y lo hace con la intención de llamar la atención sobre un aspecto de la sociedad que la gente continuamente ignora, pero que cada día más grita las injusticias del mundo. Las respuestas de Celeste parecerán rebeldía en muchas ocasiones, pero es más bien una metáfora de cómo muchas personas prefieren hacerse ciega a las situaciones y deciden culpar a otros de los problemas.

Sin embargo, y a pesar de tan buena temática, un interesante uso de sus personajes, su potente inicio y su inteligente y metafórico final, el director/guionista se olvida de darle estructura y verdadero contenido al medio de la película. El inicio es doloroso e inesperado (el tiroteo donde Celeste resulta víctima y sobreviviente), no obstante, su vida se convierte en una rutina, y parece que el trauma ha sido superado completamente. Luego cuando crece y sucede un nuevo atentado, se muestra la hostilidad de Celeste no solo con los periodistas y fanáticos, sino también con su propia hermana que la ha estado apoyando durante toda su carrera, su manager que solo busca lo mejor, y la agente que se ha encargado de mantener una "buena imagen" de Celeste. Todo esto sin dejar de mencionar la extraña relación que mantiene con su hija. En resumen, la historia no tiene un verdadero conflicto. Simplemente pasan cosas en su vida, ella reacciona y sigue con su rutina. A la estructura le falta toda la acción y drama que tuvo al principio y final.


Todo esto pudo casi haber sido salvado por la actuación de Natalie Portman, quien nunca decepciona a la hora de tener que realizar personajes de este tipo. Siempre mantuvo una tremenda hostilidad, mientras que de vez en cuando sufre de bipolaridad en respuesta a los ataques de los demás. La manera en que Natalie Portman encarna a Celeste, sin dejar de mencionar los movimientos que adquiere para parecer aún más una verdadera cantante, es tan impresionante que la audiencia se lo podría creer. Sin embargo, la bipolaridad es más constante que su presencia en un escenario, y esto se convierte más en una monotonía y ñoñería que una respuesta a su trauma. Por otro lado, Jude Law, Raffey Cassidy (como Celeste joven y la hija de Celeste), y Stacy Martin (como la hermana de Celeste) son un buen complemento para el personaje de Natalie Portman y saben llenar los zapatos de lo que representan. Pero, el hecho de utilizar los mismos rostros para estos personajes, y solo cambiar a Celeste una vez se hace adulta resulta confuso e inexplicable, sobretodo en el caso de Stacy Martin quien se supone es la hermana mayor, quien termina haciendo ambos papeles (cuando era más joven y el presente 2017), y se ve mucho más joven que Natalie Portman, quien se supone es la hermana menor.

Por otro lado, obviando el hecho de que nunca escucharía este tipo de música en vida real, la producción musical resulta muy interesante, más aún por su origen. El estilo que adquiere Celeste denota un cierto comportamiento de fantasía en busca de querer obviar la realidad, o pintarla de otra manera que no sea exacta a lo que ya presenta. Las coreografías y vestuarios representan una visión distinta de las situaciones de la vida, con un mensaje de doble sentido sobre la verdadera atención que la sociedad le da a los temas de polémica.

Vox Lux resulta ser una buena premisa, que afloja con una trama con estructura pobre pero que trata de superarse con personajes igual de empoderados. Encontrará su audiencia, pero en ese grupo no podré entrar mientras la historia no sea más que una simple rutina de vida de una cantante con ataques de humor.




Vox Lux

Ficha técnica

Dirección: Brady Corbet
Producción: Christine Vachon, Brian Young, Michel Litvak, Andrew Lauren
Guión: Brady Corbet
Música: Scott Walker
Fotografía: Lol Crawley
Montaje: Matthew Hannam
Reparto: Natalie Portman, Jude Law, Stacy Martin, Raffey Cassidy
Narración: Willem Dafoe

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