sábado, 9 de diciembre de 2017

Crónicas de California: Mi primer trabajo en un cortometraje en Los Ángeles


Trabajar en una producción, sin importar si se trata de un audiovisual realizado por estudiantes, cuesta. Un cortometraje, que podría costar lo mismo que un montaje de una boda, conlleva un equipo completo de cámara, sonido, supervisión de guión, diseño y asistencia de producción, vestuario, maquillaje y A&B, lo cual significa dinero y tiempo invertido. Es lo más cercano que tiene un estudiante de cine a una producción.

Después del último cortometraje que hice cuando estaba terminando la licenciatura, trabajé en otros tres audiovisuales dominicanos en los que me contrataron. Y al llegar aquí, sabía que viviría lo mismo; a pesar de haber elegido una carrera que se caracteriza principalmente por entregar el guión a la productora y no tener la obligación de participar en el rodaje, sabía que en cualquier momento volvería a ese escenario, por voluntad propia o solicitud de otras personas, más porque la mayoría de las personas que viven en el condominio son estudiantes del New York Film Academy y siempre interactuamos en el pasillo de la escuela o del apartamento.

Se podrán imaginar que no le sé decir que no a la oportunidad de aparecer en los créditos de un audiovisual, por lo que ya les he colaborado con la revisión de sus guiones, pero finalmente ya me tocó estar en el set de grabación, esta vez como supervisora de guión.

Bajo este rol, estoy encargada de supervisar que se esté haciendo el rodaje en base a la agenda establecida, tomar anotaciones de cada escena, cuantas tomas se hicieron, los ángulos de cámara, los tipos de lentes, iluminación, props utilizados en el set y vestuario, todo esto para evitar errores de continuidad y siempre tener un registro de cuál fue el corte de cada escena.

Además de tener pendiente la atención que requería mi rol, a la vez pude apreciar la dedicación del resto del equipo, quienes son todos parte de mi escuela, en distintos departamentos. Como ya dije, trabajar en un rodaje, sin importar si se trata de un cortometraje de aproximádamente 10 minutos, es algo importante. El crew se lo toma tan en serio como si le fuesen a pagar billetes grandes por sus horas de trabajo, y así es que siempre debe ser.

Me sorprendió la organización de toda la producción: cómo tuvieron pendiente cada detalle, como la cantidad de guiones necesarios y horarios de trabajo para todo el equipo, la constante atención de que además de estar haciendo nuestro trabajo, nos sintieramos cómodos, no pasáramos hambre y, si tuviésemos alguna sugerencia, la comunicáramos con confianza, pues la directora estuvo siempre dispuesta a escuchar nuestra opinión o preocupación con respecto a cualquier escena o diálogo.

Esta experiencia en el set de rodaje del cortometraje Simetry, del cual no puedo dar muchos detalles, me hizo recordar los requerimientos técnicos y artísticos, y la inversión de tiempo y dinero que será necesaria.

Después del break de navidad, me tocará producir un cortometraje para una competencia internacional de audiovisuales, y esta oportunidad que he tenido en estos últimos días me han permitido resaltar lo que realmente necesitaré para que el trabajo fluya con éxito.

A pesar de que trabajar en el set de rodaje no es mi principal objetivo, es una experiencia de la que siempre me gustará ser parte, porque creo que la visión del guionista debe ser capaz de crear imágenes en palabras y poder imaginarse cómo será visualmente cada escena. Es por eso que muchos guionistas se atreven a cumplir con el rol de dirección y crean su propio estilo narrativo y artístico de hipnotizar a la audiencia con sus historias.

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