El romántico Biónico lucha por encontrar un trabajo y un hogar para mantener a su prometida La Flaca tras la rehabilitación. Intenta dejar las drogas con la ayuda de su compañero Calvita.
República Dominicana tiene muchas riquezas visuales. Aunque se ha convertido en el escenario favorito del Caribe para grabaciones internacionales importantes, detrás de esa belleza tropical hay una riqueza cultural en cada esquina. Por eso se debe reconocer cada vez que un cineasta local decide salirse de la zona metropolitana y aterriza en medio del escenario popular: el barrio. "La Bachata de Biónico" de Yoel Morales es una comedia negra que sigue a varios de tantos personajes que todo barrio dominicano tiene, y lo hace sin ninguna pena a mostrar los colores vibrantes que tiene este país.
La historia sigue a Biónico (Manuel Raposo), un drogadicto que decide dejar el crack porque el amor de su vida, La Flaca (Ana Minier), saldrá de rehabilitación en una semana. Como se ve a lo largo de toda la trama, el día a día de Bionico consiste principalmente en drogas. Pero él, según su amigo Calvita (El Napo), nunca pierde su llamada telefónica de las tres con su prometida La Flaca. Aunque la pronta salida de la flaca lo pone bajo presión repentinamente, esto también lo motiva a hacerse un llamado de atención para considerar salir del barrio, buscar trabajo y dejar de consumir.
Gracias a la banda sonora cómica que captura la esencia hilarante de las afirmaciones de romance de Bionico y sus afirmaciones de dejar las drogas, la película es divertida y dolorosa a la vez, se siente real pero a la vez intensa. La música encaja con el estilo de falso documental y captura los elementos exagerados, casi oníricos, de cuento de hadas de la mente de Biónico. Es un mundo de delirios que los espectadores comprenden al instante. Biónico afirma ser un romántico que espera a su amor, pero se acerca a otra mujer en busca de... eso mismo. Cuando decide dejar de consumir, Biónico posee esa mentalidad de "es fácil" hasta que sus amigos lo atan a la cama y él les ruega que lo desaten. A lo largo del camino, la música oscila entre ritmos bailables y la magia infantil, sonidos que uno podría escuchar al darle cuerda a una caja de música infantil. Parece una extensión del espíritu de Bionico, comprometido con el sonido más que con los acontecimientos que se desarrollan.
La película también transmite una intensa sensación de urgencia, capturada por la frenética sensación de vivir "el día a día" de Biónico y sus amigos. Cuando su amigo, a quien llaman "El Ingeniero" (Donis Taveras), muere, Biónico es quien señala que, independientemente de si eran cercanos o no, merece un entierro digno. No está claro si esto es una muestra de compasión por parte de Biónico o si es otro aspecto de la fantasía drogadicta donde él es el romántico cariñoso. Así que colocan su cuerpo afuera, intercambian algunas palabras y esperan a un hombre mayor con una plataforma de madera con ruedas venga por él. El hombre con la carreta es una representación fascinante y a la vez escalofriante de la muerte.
Sin embargo, después de que este anciano, de largos dedos negros y puntas como garras, se marcha con su amigo, todos, incluido Biónico, vuelven a consumir. Es un momento trágico, y la banda sonora de la película captura sus tonos oscuros al regresar con el asesino de su amigo. Es una escena escalofriante, ya que la película usa primeros planos de cada persona encendiendo un cigarrillo antes de alejarse para mostrar que la única iluminación en la habitación proviene de sus encendedores parpadeantes o de las velas que otros usan para calentar su droga favorita. Y mientras tanto, la fecha límite de Biónico para desintoxicarse y preparar todo para La Flaca se acerca cada vez más.
Mientras los directores del documental de Biónico entrevistan a unos adoradores del barrio, la película muestra otro elemento de la adicción: la justificación religiosa. Mucha gente usa la religión como el porqué de lo que hacen o no hacen. Las personas adictas a las drogas no son diferentes. La mentalidad de estos adoradores es que el Águila los protege, así que está bien que roben para conseguir el dinero para su siguiente subidón. Para Bionico, no es Dios ni El Águila quienes lo protegen, es su amor por La Flaca, una mujer que los espectadores solo ven en videos de TikTok hasta casi el final de la películ. La fantasía de ella surge en medio del peligro y la tragedia. Biónico escapa una y otra vez a un mundo donde es alguien que hace cualquier cosa por la mujer que ama.
Para profundizar el impacto emocional de la película, cada uno de los protagonistas ofrece fantásticas actuaciones. En particular, Manuel Raposo destaca junto a El Napo. Su adicción, su camaradería y las absurdas decisiones que ambos toman son cómicas, pero también creíbles gracias a los actores que los interpretan.
Es como una comedia romántica con Biónico, y el público se deja llevar por la emoción a pesar de los momentos destinados a despertar a Biónico y a los espectadores. El tono de la película da un giro drástico y desconcertante en el clímax, dejando a todos en shock junto con Biónico. En un efecto "The Florida Project", se siente como si el final es una fantasía trágica en crescendo, hasta que finalmente llega el hombre de la carreta a llevarse el siguiente muerto del barrio. La Bachata de Bionico es una comedia oscura y una tragedia: un falso documental sobre la adicción que emplea la risa hacia las desgarradoras circunstancias reales de la naturaleza destructiva de la droga.
Ficha técnica
Dirección: Yoel Morales
Producción: Cristian Mojica, Yoel Morales, Pablo Mustonen, Marcela Victoria, Alexander Viola
Guion: Cristian Mojica, Yoel Morales
Música: Pablo Alcántara 'Mediopicky'
Cinematografía: Alexander Viola
Montaje: Yoel Morales
Reparto: Manuel Raposo, Yasser Michelén, Ana Minier, El Napo, Bárbara Plaza, Wendy Pérez, Héctor Sierra, Donis Taveras
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