jueves, 28 de julio de 2016

Virtudes y defectos del cine dominicano

Un año después del estreno de La Gunguna, el cine dominicano sigue estancado en los mismos méritos y los mismos errores.


Recuerdo que, durante una clase de cine, un profesor dijo "no vayan al cine a ver películas dominicanas. No gasten su dinero en esos disparates". Lo irónico del caso es que el profesor es director de cine.

Hay que admitir que, desde la primera película dominicana oficial, nuestra industria ha crecido en números de productoras y producciones anuales, lo cual significa que lo que parecía ser un pasatiempo, se ha convertido en una profesión de distinción.

Pero esas palabras del profesor todavía resuenan en mi cerebro. Se supone que hay que apoyar lo nuestro. Como apoyaríamos que el mangú es el mejor desayuno o que nuestras playas son las mejores del mundo, nuestro cine es el más... ¿? Sí, yo tampoco se terminar esa frase. Es una industria que ha crecido, pero que no ha evolucionado.

30 años después de que Agliberto Meléndez y Ángel Muñiz dieran los primeros pasos del cine dominicano, nos estancamos con los mismos méritos y errores, sin tener la capacidad de llegar a premiaciones como los Premios Platino o a la categoría de Mejor película de habla No Inglesa de los Oscars.


Lo bueno

 

Fotografía

Siempre que voy al cine a ver una película dominicana, mi comentario positivo siempre es el mismo: la fotografía estuvo muy bien. A medida que los equipos de grabación y sus accesorios van evolucionando, las productoras dominicanas siguen su ritmo. La calidad de las imágenes se debe a que la gran mayoría de los directores son camarógrafos conscientes de los tipos de movimientos, ángulos y planos más adecuados para cada historia. El mejor ejemplo que puedo dar es La Gunguna.

Promoción mediática

Esto dependerá de la productora, pero sí. La promoción, a nivel nacional, es bastante notoria, y esto significa que los productores gestionan la publicidad con tiempo y le dan seguimiento. Además, la publicidad se da de todas formas, desde los medios de comunicación comunes, hasta la promoción en envases comestibles y concursos ganando artículos relacionados a la película. Uno de los más aventajados es Robertito Salcedo, quien desde meses antes, ya está promocionando sus nuevas películas en su programa de televisión Más Roberto.

Directores innovadores

Pedro Urrutia durante la filmación de Código Paz
Cuando la carrera de cinematografía era una novedad en la UASD e inexistente en las demás universidades, los que estaban interesados por este arte decidieron irse a otros países para una mejor preparación en las distintas áreas. Lo que inició solo con Agliberto Melendez, Ángel Muñiz, Archie López, Fernando Báez y Alfonso Rodríguez, le abrió el telón a José María Cabral, Leticia Tonos, Laura Amelia Guzmán, Pedro Urrutia, Jean Guerra, Ernesto Alemany, y la lista continúa.

Lo malo


Guiones

Mientras la productora se preocupa por tener los últimos equipos de grabación y los mejores programas de edición, la historia queda en el primer borrador, sin recibir el cariño que merece. No es que sea una experta ni que observe como trabajan los guiones, pues cada escritor dirá cómo fue el proceso y hay casos excepcionales. Lo que sí puedo decir es que cuando una historia está poco trabajada (como es el caso de muchas películas dominicanas), los errores son más obvios, los personajes ambiguos, la resolución sin sentido y el mensaje vacío. Otro punto a resaltar es lo poco que se cuenta de los dominicanos. Y no solo hablo de historia, sino de la cultura dominicana. Se cuentan con una mano las historias que salen al año y que tienen un mensaje social, relacionado a su público directo, e insisto: mientras más se aleje de la cultura de origen, más imposible será para llegar a una nominación internacional, incluso a los Premios Platino.

Único género 

"Porque al público le gusta la comedia". Esta frase la he escuchado SIEMPRE. Nueba Yol tuvo éxito y ya por eso, ¿todas las demás producciones deberán ser de este género? A mi no me gusta, no soy la única, y no digo que dejen de hacer comedias, porque algunas sí son buenas, sino que le den la oportunidad a otros. ¿Por qué? Porque cuando hacen una película que no es de comedia, logra tener éxito. Pregúntenle a Fernando Báez con El Rey de Najayo, Bladimir Abud con La Lucha de Ana y a Pedro Urrutia con Código Paz. 

Los mismos actores

Y así como solo hacen comedias, actúan los mismos actores. Y no es su culpa. El hecho de ser rostros conocidos, les abre muchas puertas; pero imposibilita la oportunidad a nuevos rostros. Fuera de este país ocurre lo mismo, pero no son tan repetitivos en términos de cantidad al año y de papeles caracterizados. Lo siento Frank Perozo, Nashla Bogaert, Cheddy García y Fausto Mata... ¡y Panky! 



El cine estadounidense es uno de mis favoritos. Y no por Hollywood o las grandes productoras, sino porque SIEMPRE lanzan películas relacionadas a su país. Argo, Selma, Spotlight, y la lista crece cada año. Es un ejemplo que deberíamos tomar de ellos. La historia, la cultura y las personalidades de una nación siempre serán inspiración suficiente para hacer obras cinematográficas valiosas. 

Sin salirnos del continente, esto sucede también en la industria fílmica brasileña, chilena y argentina. 

Nuestro cine seguirá creciendo, sólo se necesita reconocer los errores, escribir mejores historias y darle oportunidad a nuevos rostros. Esos son los primeros pasos para que ese profesor deje de decir que nuestro cine es un disparate.

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