sábado, 19 de octubre de 2019

Crónicas de California: 8 meses después


Muchas personas me han escrito en estos últimos días. Me han dicho que me he distanciado, y que ya no les hablo con tanta frecuencia. Que extrañan nuestros "cotilleos", que necesitan más tiempo de mi y que me tome un descanso. Que trabajo mucho y que descanso poco. En fin, me han dicho que me coja un break.

Cuando me lo dijeron solo pensé, "estoy mal". Es verdad que estoy ocupada, pero no hay que llegar a extremos. Y después le seguí dando mente y por eso decidí hacer esta publicación. Creo que no muchos lo entenderán, porque solo el que ha trabajado o trabaja en esta industria podría ponerse en mis zapatos, pero aquí viene mi desahogo.

Hace ocho meses me gradué de la maestría, lo cual ha sido uno de mis mayores logros. Obtuve no solo lo que mis padres me motivaban a concluir, sino lo que soñaba desde que vi Harry Potter por primera vez. El cine ya no era un hobby, era mi profesión. Y cuando me gradué, obtuve la oportunidad de alargar mi estadía y trabajar en pasantías y oportunidades de rodaje. Pero cuando me dieron ese título, también me dieron consejos y mensajes que nunca se me olvidarán: esta carrera es solo para sus verdaderos amantes, él que no pueda con la presión artística y los meses pasivos, no la aguantará nunca. Y estos últimos ocho meses, han sido el mayor reto de mi vida.

Justo antes de graduarme, ya tenía opciones de pasantía, trabajos en rodaje, y muchas otras actividades que con seguridad sabía que me mantendrían distraída, pues siéndoles honesta, no sé descansar (no me gusta descansar), y cuando digo que quiero descansar, a las pocas horas mi mente comienza a torturarme. 

Pues marzo fue un mes de mucho ajetreo. Estuve en cinco sets diferentes, dos de ellos producidos por mí, y en el resto trabajaba como Supervisora de Guión. Ya cuando abril se asomó, vino uno mayor: una película. No, no fue un rodaje en un set de Warner Bros o cualquiera de esos estudios grandes, pero era una película, de la cual estaba muy emocionada de participar, porque una película es una película y punto. Trabajaría como supervisora de guión que significaba un crédito significativo. Y de repente no solo tenía esa película, sino también otra película (que por razones que no están en mi control, todavía no ha podido rodarse, pero tengo fe de que ese rodaje viene y pronto).

Les explico cómo eran mis días de semana: de lunes a miércoles trabajaba de asistente para la productora, revisando páginas de guión y manejando el calendario de producción, mientras que de jueves a domingo estaba en sets de rodajes, a veces de día completo, y otras veces de media noche.  Y mientras esto pasaba, era parte del staff de una serie web, escribiendo guiones y teniendo reuniones de producción cada vez que tenía una noche libre. Me la pasé así hasta junio, donde se acababa ese rodaje y comenzaban otros más pequeños pero casi igual de intensos. No supe lo que era tomarme un fin de semana libre hasta mediados de junio, cuando la temporada de rodajes se apagó, y algunos se dejaron para después de la temporada de verano.

Luego pasó algo que no esperaba: gané un premio con uno de mis guiones, y no cualquier guión, sino mi último hijo y al que amo con una intensidad que nadie entenderá hasta que escriba un guión así de apasionado. "Exorcism 101", el cual fue mi proyecto de tesis de la maestría, ganó Mejor Guión en el Etheria Film Festival, otorgándole un premio monetario que me daría la oportunidad de grabar un teaser del guión. 

Tuve mis primeras vacaciones del 2019 entre junio y julio, y fueron esporádicas: me fui a Las Vegas y aproveché a hacer un pequeño turismo interno con mi amiga Anastasia, luego fui a Puerto Rico con Andi y después visité RD por unos días para celebrar la graduación de mi hermana. Pero como se imaginarán, me fui mentalizada de que cuando regresara a Los Angeles, iba a tener el doble de trabajo. No bien pisé tierra gringa, ya tenía un rodaje ese fin de semana, y un corto en producción para grabar en agosto. De ese rodaje, salieron dos oportunidades de trabajo adicionales para agosto. 

Septiembre fue un mes interesante: pues además de trabajar en dos sets grandes, también trabajé en una obra teatral, en una presentación de baile como productora de piso, y comencé a tomar riendas del teaser de Exorcism 101. Y así octubre llegó el doble de complicado, con más trabajos, proyectos, una tercera película, un guión en proceso, y con muchas fechas límites. Mi calendario de trabajo no da para una agenda, y mis horarios son tan locos que solo yo puedo entenderlos. 

No ha llegado noviembre y ya tengo tres rodajes. ¿Qué estoy hablando...? No ha llegado el próximo año, y ya tengo tres rodajes pendientes.

En ocho meses he vivido mucho. He crecido como profesional y he aprendido lecciones importantes de vida. He sabido manejarme económicamente, y entender qué son gustos y qué son necesidades. Me he hecho amiga de personas increíbles con quienes he creado proyectos bien interesantes. He presentado cinco cortometrajes en Warner Bros en los que trabajé como productora o guionista. Y he conocido personalidades del mundo de la televisión y el cine, con los que algún día me gustaría trabajar.

Me he distanciado, pero no porque lo haya provocado, sino porque mi profesión me lo exige. No es excusa, lo sé. Intentaré escribirles más a menudo, pero también entiendan que esto no es solo mi profesión, es uno de mis grandes amores, a los que le he dedicado mi corazón y mi alma para llegar a metas importantes. Y seguro vendrán meses pasivos o bien problemáticos a nivel financiero, en los que yo tendré que crear proyectos para que no sean tan desesperantes, y buscármela por otras tres vías para tener una vida decente, pero no importa nada. Esta es la vida que elegí.

¡Estamos bien!


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