jueves, 25 de abril de 2019

Crítica Cinéfila: Hellboy

La Agencia para la Investigación y Defensa Paranormal (AIDP) encomienda a Hellboy la tarea de derrotar a un espíritu ancestral: Nimue, conocida como "La Reina de la Sangre".



Una de mis antihéroes favoritos regresó al cine, y fue una decepción como lo hizo. 

Hellboy, quien inicia la historia en busca de su hermano/amigo Esteban en Tijuana (México), cuando finalmente lo encuentra, descubre no solamente que es un vampiro sino también que le advierte a Hellboy que el final está cerca. Cuando es asignado a una misión de acabar con tres gigantes en Inglaterra, allí vuelve a ser testigo de la premonición de su amigo. No es hasta que finalmente las partes del cuerpo de Nimue son unificadas y ella regresa al mundo con planes de finalmente destruirlo. Sin embargo, la única manera de acabar con ella, es degollándola una vez más con la espada de Arturo, un objetivo que será casi tarea imposible para Hellboy, porque si esta espada cae en sus manos, significa la llegada del apocalipsis al mundo y el reinado de un Hellboy malévolo.

Hellboy había sido interpretado anteriormente por Ron Perlman, un actor a quién ya muchos están acostumbrados a seguir bajo maquillaje y personajes fantasiosos, como por ejemplo un goblin gangster en Fantastic Beasts and Where to Find Them, o su versión de la Bestía en la serie Beauty and the Beast. Ahora, el rol ha sido tomado por David Harbour, muy conocido por su personaje Hopper en Stranger Things, y quien tiene una buena línea de seguidores que seguro fueron a ver la película por él. 


No obstante, ya acostumbrados al personaje que Guillermo del Toro llevó al cine aquella primera vez en 2004, este Hellboy luce extraño. No porque sus cualidades hayan cambiado (las cuales se mantienen tan bruscas y antiheróicas como las recordamos), sino por el diseño de maquillaje. Mientras que Perlman pudo lucirlo con naturalidad, Harbour lo luce de manera forzada, al punto que resulta incómodo verlo.

Pero, con excepción del maquillaje de Hellboy, los demás se ven bastante bien, complementados por supuesto por un trabajo de efectos visuales que apoyaban las criaturas que aparecen en esta película, como los demonios del apocalipsis, las invocaciones de Alice, la transformación felina de Ben, la fisiología de la bruja Ganeida, los gigantes de Inglaterra y la desintegración de Merlín.



Otro aspecto salvable de la película son los escenarios, sobretodo el diseño de producción del mundo apocalíptico, la casa de Ganeida y los flashbacks entre Arturo y Nimue, que apoyados por una iluminación que hace referencia al tono de la historia, logra un ambiente sombrío y mitológico, usando de inspiración los gráficos originales de esta novela gráfica.


Pero el problema principal de esta película no es el aspecto de Hellboy, sino el desastre de guión, elaborado por Andrew Cosby. Este escritor, quien ha acumulado mayor experiencia en dos series de televisión y este resulta ser su primer largometraje, comete un error muy común: crear secuencias en la historia que no tienen continuidad en sí y se contradicen hasta el final. Hellboy no tiene un objetivo para la película completa, ni siquiera uno para el segundo acto, pues en cada secuencia tiene un nuevo trabajo que hacer que podría estar o no relacionado a la villana principal de la historia. Algunos personajes desaparecen de repente, mientras que otros son introducidos son muy confusos. Las líneas narrativas de padre de Hellboy no tienen continuidad y las situaciones se investigan detrás de cámara, sin darle oportunidad a la audiencia de sentirse involucrada. La verdad es que la historia no tiene sentido y la única que parece tener una meta lo suficientemente completa para seguirla es Nimue, interpretada por Milla Jovovich.

Por otro lado, la mayoría de las interpretaciones se sienten sobreactuadas, haciendo aún más difícil la empatía que es necesaria. Entre una bruja inmortal que cambia de emociones en segundos y los agentes de seguridad del The Bureau for Paranormal Research and Defense, los personajes parecían competir en cual se ridiculizaba a sí mismo más. Y es verdad que la comedia negra del comic requiere personajes caricaturezcos, pero estos se pasaron del límite y no daban suficiente razón para respetarlos.

Lo que logró Guillermo del Toro en 2004 con su adaptación de la novela gráfica de Hellboy parece ser el único buen recuerdo cinematográfico que tendremos los fanáticos de esta franquicia. Hellboy no prometía mucho, y tampoco se presentaba como una precuela (pues al final revelan como Hellboy y su grupo encuentran al famoso amfibio Abraham Sapien). Pero lo más decepcionante es que no supieron mantenerlo a la misma calidad narrativa que sus versiones anteriores. Ni siquiera Harbour y la manera en cómo supo captar el lenguaje de Hellboy logran salvar esta tragedía fantasiosa.




Hellboy
Ficha técnica

Dirección: Neil Marshall
Producción: Lawrence Gordon, Lloyd Levin
Guion: Andrew Cosby
Basada en Hellboy de Mike Mignola
Música :Benjamin Wallfisch
Fotografía: Lorenzo Senatore
Montaje: Mark Sanger
Protagonistas: David Harbour, Ian McShane, Milla Jovovich

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