jueves, 4 de abril de 2019

Crítica Cinéfila: Shazam!

Cuando Billy Batson, un niño de acogida de 14 años que ha crecido en la calle, grita la palabra "¡SHAZAM!" se convierte en un superhéroe adulto, Shazam, por cortesía de un antiguo mago. Dentro de un cuerpo musculoso y divino, Shazam esconde un corazón de niño. Pero en esta versión de adulto consigue realizar todo lo que haría cualquier adolescente con superpoderes: Divertirse con ellos ¿Volar? ¿Tener visión de rayos X? ¿Disparar un rayo con las manos? ¿Saltarse un examen? Shazam pondrá a prueba los límites de sus habilidades con la inconsciencia propia de un niño. Pero necesitará dominarlos rápidamente para luchar contra las letales fuerzas del mal que controla el Dr. Thaddeus Sivana. 



David F. Sandberg hizo su debut como director hace tres años con la película de terror Lights Out, y siguió su trayectoria el cine de terror con la precuela de Annabelle; quizás por eso me resulta un poco inesperado que haya sido elegido por DC y Marvel para traer al cine la adaptación del comic Shazam! y sorprendiendo aún más (dada la reputación que se ha ganado DC en los últimos años), la película sorprende con una calidad narrativa que puede llegar con facilidad al mismo nivel de Wonder Woman, solo que con un tono distinto.

Billy Batson es un niño que se ha pasado toda su niñez/juventud haciendo algo en específico: "buscando a su madre". Sin embargo, la sociedad le ha dicho en diversas ocasiones que es un sueño al que debe renunciar, y después de un último crimen, es enviado a una casa de acogida con otros cinco niños fosters. Un día, mientras defendía a Freddy, uno de sus nuevos "hermanos", es elegido por el mago Shazam para adoptar sus poderes y defender el mundo del nuevo mal que se avecina. Sin embargo, tiene superpoderes pero no sabe utilizarlos, y decide apoyarse de Freddy, quien es un experto sobre habilidades superpoderosas y le ayuda a encontrar sus propios talentos antes de que Thaddeus, un doctor que se ha pasado toda su vida buscando el acceso hacia Shazam, y ahora está poseído por los 7 pecados capitales con el plan de acabar con la humanidad.


El guión de esta película no es solo bien divertido, sino también ingenioso. Resulta muy interesante cómo, a pesar de enfocarse en los punch lines de los personajes, también van dejando diferentes elementos narrativos para darle sentido a la trama y los conflictos que esta desarrolla: como los aspectos en común que comparten el protagonista y el antagonista, desde el hecho de venir de padres que nunca los quisieron, hasta de ser algo más de lo que los demás dicen de ellos; también el enfoque en los personajes secundarios y sus personalidades, sin necesidad de victimizarlos con el pasado que tuvieron o los tipos de padres que les tocaron; las referencias a los superhéroes de DC (sobretodo hacia Superman, Batman y Aquaman), haciendo creer que no toma lugar dentro de este universo, hasta que al final se revela que sí (cameo especial para Superman); y por supuesto, la humanización que le dieron a cada uno de los personajes, obligando a la audiencia a empatizar con sus situaciones y frustraciones.

Aún más interesante resultan todas las referencias que se hicieron sobre número 7: como los siete pecados capitales, los 7 miembros de la nueva familia de Billy, el apartamento 707 en el séptimo piso que es donde vive la madre de Billy, los siete superpoderes de Shazam (volar, superfuerza, antibalas, manipulación eléctrica, inmortalidad, velocidad inhumana y resistencia), y se supone que son siete campeones, por lo que es muy posible que en una siguiente película sobre Shazam se introduzca otro superhéroe. 

Algo a destacar en la historia es que nunca llaman a Shazam por su nombre, ni siquiera cuando Billy explica que ese es su nombre de superhéroe, y esto se debe a que más de un personaje adopta este nombre tras adquirir las habilidades, y es por eso que el título de la película tiene un signo de exclamación, lo cual lo especifica como el llamado a los poderes y no al superhéroe. Pero, insisto en que, si este no será su nombre, el personaje en sí debe adquirir uno de su propiedad.


Pero además del buen trabajo narrativo, hay un sobresaliente desenvolvimiento de los actores, quienes desde los más jóvenes hasta los más adultos trataron de hacer un balance entre los dos géneros que desarrolla la película. Por supuesto, Zachary Levi (a quién ya hemos visto en muchas historias últimamente como The Marvelous Mrs. Maisel, Thor: Ragnarok y Tangled) se roba todo el espectáculo, sin forzar sus necesidades de sobresalir, pero creando comedia en cada intento que trata de sacarle provecho a su lado heróico. Lamentablemente para muchas que queremos verlo, el actor solo aparece en su traje de superhéroe y nada más.

Y aparte de todos estos aspectos, el diseño de producción, y sobretodo el diseño de vestuario le hace honor a los personajes creados en 1940 (dato curioso, este personaje se llamaba originalmente Captain Marvel), con colores que les podría recordar a los Power Rangers a muchas personas. Así mismo, el montaje y la fotografía le hace honor a los mejores aspectos técnicos de DCU, complementado con una musicalización modernizada para aterrizar a la audiencia al lenguaje de su protagonista y su población.

Shazam! resulta inesperada y sobresaliente. Las partes cómicas no son forzadas, y el drama es apropiado, sin dejar de mencionar que los personajes aterrizan de manera satisfactoria, haciéndole desear a la audiencia poder conocer sus próximas aventuras. 


Shazam!
Ficha técnica

Dirección: David F. Sandberg
Producción: Walter Hamada, Geoff Johns
Guion: Henry Gayden
Historia: Henry Gayden, Darren Lemke
Basada en Shazam! de Bill Parker
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Maxime Alexandre
Montaje: Michel Aller
Reparto: Zachary Levi, Asher Angel, Mark Strong, Jack Dylan Grazer, Grace Fulton, Ian Chen, Jovan Armand, Faithe Herman, Djimon Hounsou

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