martes, 25 de febrero de 2025

Crítica Cinéfila: The Room next Door

Ingrid y Martha fueron muy amigas en su juventud. Ambas trabajaban en la misma revista, pero Ingrid acabó convertida en novelista de autoficción y Martha en reportera de guerra. Las circunstancias de la vida las separaron y, después de muchos años sin tener contacto, vuelven a encontrarse en una situación extrema, pero extrañamente dulce. 



Todos los días mueren personajes en las películas. Ya sea que estés viendo un thriller violento o un drama sobre el lecho de muerte como “Steel Magnolias” o alguna de las meditaciones más macabras de Ingmar Bergman, podría decirse que las películas, en un sentido colectivo grandioso, no son nada menos que un ensayo sobre la muerte. Sin embargo, todavía es raro encontrar un drama en la pantalla grande que tome a la muerte por los cuernos, la mire a los ojos, y nos pida enfrentarnos a su abrumadora realidad en todos los niveles como lo hace la lírica y conmovedora “The Room next Door” de Pedro Almodóvar.

La película, en su forma, es bastante simple. Trata de dos mujeres, ambas de sesenta y tantos años, que son amigas desde hace mucho tiempo pero que no se han visto desde hace unos años: Ingrid (Julianne Moore), una autora del mundo del arte que vive en la ciudad de Nueva York, y Martha (Tilda Swinton), una ex corresponsal de guerra del New York Times que viaja por el mundo y con la que Ingrid se reencuentra cuando se entera de que Martha está en el hospital luchando contra el cáncer. Su enfermedad es grave: es un cáncer de cuello uterino en etapa tres y se está sometiendo a un tratamiento de inmunoterapia altamente experimental, que es la única posibilidad que tiene.

Algunas personas en esta situación podrían no optar por expresar sus sentimientos, pero Martha no es así. Sabe que puede morir y es franca, abierta y filosófica al respecto. Pero eso no significa que sea fácil. Ella e Ingrid, alguna vez, fueron cercanas, y después de algunos encuentros, todavía lo son. La película, si bien tiene algunos personajes más (como el hombre con el que ambas salieron, un pesimista del cambio climático interpretado por John Turturro), es esencialmente una película de dos personajes, una serie de conversaciones entre las dos mujeres que casi podrían estar sucediendo en un escenario.

Al adaptar la novela estadounidense de 2020 de Sigrid Núñez, “What Are You Going Through?”, en su primer largometraje en inglés, Almodóvar ha hecho una película llena de diálogos con un fervor expositivo maduro. “The Room next Door” no es una parodia de la telenovela de Almodóvar, pero sí muestra su amor por la comunicación elocuaz, y por los sentimientos extravagantes. Los personajes explican quiénes son y se exponen por completo. Al principio, Martha cuenta la historia de cómo terminó distanciada de su hija, Michelle, a quien había criado como una joven madre soltera, y este desgarrador flashback (ambientado en la era de Vietnam) es como una minipelícula en sí misma. 

La trama está filmada de forma vibrante (por Eduard Grau), en particular cuando los personajes se mudan a una lujosa casa de vacaciones de estilo modernista en alquiler, cerca de Woodstock, Nueva York. Sin embargo, en su mayor parte es una película en la que Martha e Ingrid hablan sobre la muerte, y Martha finalmente descubre qué va a hacer al respecto. No ha dejado de querer vivir, pero se ha cansado de luchar contra el miedo a morir.

Tilda Swinton siempre ha tenido un rostro tan característico que sentimos como si conociéramos ese rostro como si fuera el nuestro. En “The Room Next Door”, el rostro de Swinton, junto con sus palabras, se convierte en un asombroso instrumento de indagación. Ofrece una actuación monumental, una que en su emoción cruda, su poder reflexivo, es digna de comparación con el espíritu y el virtuosismo de Vanessa Redgrave. Hace de Martha una mujer con los pies en la tierra que se conoce a sí misma y sabe lo que quiere, pero que ha aterrizado en un territorio desconocido. No está preparada para esto. ¿Quién lo está, en realidad? Pero emprenderá el viaje y nos llevará con ella.

En un momento dado, Martha decide que ya ha tenido suficiente y que va a tomar el control de su destino. Va a decidir cuándo morir. “The Room Next Door” no es una película “temática” (aunque se inclina mucho por la eutanasia). Es un viaje engañosamente sencillo pero ingenioso al río de emociones que acompaña al impulso de terminar con la propia vida. Martha tiene un plan, y es relativamente simple, aunque implica una pastilla que tuvo que obtener, con cierta dificultad, en el dark-web. Y el desafío no termina allí. Mientras ella e Ingrid se mudan a la casa en el norte del estado, surge un cronograma que infunde a la película un suspenso basado en la realidad. ¿Ingrid se despertará y encontrará la puerta del dormitorio de Martha cerrada? Ese es el código que acordaron para el día del ajuste de cuentas de Martha. La Ingrid de Moore, cálida y empática, hará lo que sea necesario para apoyar a su amiga, lo que la convierte en parte de una ecuación espiritual-ética. Está allí para proteger a Martha, aunque ella también necesita protección (de la ley).

Pedro Almodóvar, a sus 74 años, no es un fatalista español, pero sus películas están cada vez más obsesionadas por la muerte. Por eso, en su mayoría, la comedia ha desaparecido. Sin embargo, esto no lo ha convertido en un artista pesimista. “The Room Next Door”, impulsada por la humanidad abrasadora de la interpretación de Swinton, te eleva y te ofrece una catarsis. La película trata sobre la muerte, pero en la honestidad sin pestañear con la que enfrenta ese tema, se posiciona poderosamente del lado de la vida.


The Room next Door
Título en español: La Habitación de al lado

Ficha técnica

Dirección: Pedro Almodóvar
Producción: Agustín Almodóvar, Esther García
Guion: Pedro Almodóvar
Basado en: What Are You Going Through de Sigrid Nunez
Música: Alberto Iglesias
Cinematografía: Edu Grau
Montaje: Teresa Font
Reparto: Tilda Swinton, Julianne Moore, John Turturro, Alessandro Nivola

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