Escribir guiones es un proceso creativo bien extenso. No solo depende del tipo de historia que quieres contar o el estilo que quieres utilizar, sino también el género que vas a emplear, pues aunque todas las películas tienen una estructura madre, hay reglas muy particulares en cada género. En lo particular, el cine de terror lo considero uno de los más difíciles. Es fácil de confundirse con otros géneros si no hay suficientes elementos que lo justifiquen, pero a su vez debe de tener un terror lo suficientemente inteligente y creíble para verdaderamente asustar.
Por suerte, para los que aspiramos a escribir sobre este género, siempre tendremos guionistas que sepan guiar. Los siguientes ocho consejos son una recopilación de sugerencias que algunos guionistas del cine de terror consideran necesarias de profundizar para poder crear tramas originales y escalofriantes.
1. Si quieres asustar, cuida de los personajes.
Los personajes son la parte más importante de la historia. Si nos preocupamos por ellos, nos asustaremos por ellos. Escribe personajes interesantes y agradables; preferiblemente ambos. La clave para escribir horror es la empatía que uno siente hacia los protagonistas. Cuanto más nos preocupemos y nos gusten, más asustados estaremos tanto por ellos como por nosotros mismos. Cuanto más nos desagrada un personaje, más hipnotizante se sentirá el horror, como si fuese el mismo karma cayéndoles encima. Stephen King es un genio al tratarse de crear empatía con sus personajes, desde las injusticias que sufre Carrie hasta lo tolerante que se ha convertido el equipo de los perdedores.
2. Escribe lo que te asusta.
Si los payasos te asustan, escribe payasos. Si perder un ser querido te asusta, escriba sobre eso. Lo que te asusta, asusta a los demás, porque siempre mostrarás la razón del susto. Su miedo auténtico se siente genuino para una audiencia. A Eli Roth, el director de Hostel (2005-2011) y Last Exorcism (2010) le aterran los fanatismos políticos, religiosos y de cualquier tipo.
3. Asegúrese de que ocurra algo aterrador cada diez páginas más o menos.
Si lo haces en menos páginas, ya no tendrá mucho impacto a la siguiente vez. Y si duras mucho tiempo en presentarlo, el público olvida que están en una película de terror. Cada latido de miedo necesita sentirse genuino. Un "susto de salto" es sorprendente y solo es efectivo en la primera vista, por lo que el verdadero horror debe ser auténtico y memorable, y no simplemente susto de salto. Cargill, el escritor de Sinister (2012) y Sinister 2 (2015) da margen de maniobra al primer acto mientras establece los personajes, pues si una película de terror no tiene sensaciones terroríficas en cada secuencia, la audiencia se aburre.
4. Sé divertido si y cuando puedas.
No es tanto que sea una comedia, sino que se usa como un desahogo de tensión, el público se reiniciará y estará listo para volver a asustarse. El humor del personaje a menudo funciona mejor en momentos bien específicos y en categorías de terror bien específicas. La comedia no significa necesariamente burlona, a menos que se haga realmente bien, como en Evil Dead II (1987). El horror y la comedia son primos cercanos. Ambos tienen que ver con la fórmula y el desenlace. Es simplemente la recompensa lo que es diferente.
5. Tu protagonista debe evolucionar.
Si los protagonistas no cambian por su exposición al terror, ese debería ser el punto central del personaje. Se nos dice que los personajes están destinados a cambiar, sin importar el género. Y las películas de terror introducen un elemento mortal o sobrenatural a los personajes, por lo que su supervivencia depende de que cambien su status quo. Pero, ¿qué sucede cuando un personaje NO cambia a la fuerza horrible? Es muy posible que mueran... como ocurre en The Strangers (2008) de Bryan Bertino.
6. Conoce las expectativas de tu audiencia.
Si se trata de horror mezclado con ciencia ficción, el público esperará que todo tenga sentido lógico. Si el horror es de origen fantasioso o sobrenatural, te darán mucho más margen de maniobra. El público es más exigente cuando se trata de películas como Alien (1979) porque sus horrores se basan en la ciencia ficción. El elemento de la ciencia nos hace desear una explicación lógica, a veces artificial, de las criaturas que nos persiguen. Sin embargo, los horrores de fantasía tienen poderes impenetrables. La magia podría significar muchos elementos incontrolables como fantasmas, criaturas cósmicas o los poderes del infierno. Solo mira cuántas cosas han sido poseídas a lo largo de la historia del cine: personas, muñecas, vehículos, cintas de video, camas, la mano de Ash. El mundo de la magia es inexplicable y no está basado en la ciencia, lo que significa que el escritor puede salirse con una explicación más abierta.
7. Las elecciones del personaje deben tener sentido.
Imagina todas las formas posibles en que tu personaje podría escapar de cualquier situación mortal, porque el público seguramente lo hará. Los personajes deberían tomar la decisión más lógica, porque sino serán insultados por la misma audiencia. Esto tiene mucho que ver con hacer que tu protagonista sea interesante. Nos gustan las personas inteligentes. Nos gustan los sobrevivientes. Entonces nuestros sobrevivientes deben tomar decisiones inteligentes. Es uno de los mayores errores que se ven en Jeepers Creepers (2001) de Victor Salva.
8. El horror tiende a ser breve.
A menos que sea necesaria una construcción profunda de personajes, una buena película de terror no debe ser más de 100 páginas. La regla de "una página es un minuto de tiempo de pantalla" no se aplica realmente en terror porque la acción de suspenso tiende a tomar más tiempo en la narrativa. Y si eres Ari Aster (Hereditary - 2018, Midsommar - 2019), probablemente no te importe el recuento de páginas de todos modos. Pero si quieres entrar en la industria con un guión de terror, debe ser breve. Pero esto no es solo porque la audiencia moderna no espera ver dos horas siendo aterrorizados. También se trata porque menos páginas significa un presupuesto más bajo. Y un presupuesto más bajo es más atractivo para las productoras.
También es importante considerar que lo que hace a una película terrorífica no es cuanta sangre se derrame en escena, sino cuánta tensión sepa generar en la audiencia, y cuanto terror psicológico sabe sembrar. A veces, lo más intenso puede llegar a hacer la expectativa de lo que puede ser, aun cuando no nos deja ver nada. Un buen ejemplo es The Blair Witch Project (1999).