martes, 28 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Motel

 ¿Cuántas cosas raras pueden pasar en la habitación de una cabaña? 



Si las paredes de los moteles hablarán, ya uno pudiese imaginarse la cantidad de historias que delatarían. En la República Dominicana, la habitación de un motel (o cabaña, como son conocidas de manera popular) se le da mucho más uso que una habitación matrimonial. Con la posibilidad de acceder por algunas horas o estar de paso toda la noche, la cantidad de personas que acceden allí, no solo a la semana, incluso por día, seguro es mucho más impresionante que un hotel más formal. Por eso no cabe duda que esta antología titulada por Alan Nadal Piantini como "Motel: Cuentos de la vida, la muerte y otras celebraciones" recorra no solo una gran variedad de personajes y situaciones, sino incluso una diversidad de géneros y estilos cinematográficos en su puesta en escena.

Cada capítulo está vinculado a un tono en específico, donde sus personajes retratan algunos conflictos desarrollados en esa habitación del motel: desde fetiches violentos, muertes inesperadas, anuncios de embarazos y hasta visitas recurrentes con empleados del mismo motel, su enfoque ronda alrededor de qué tanto pueden ocurrir entre esas cuatro paredes de la cabaña. Cada capítulo, incluyendo el prólogo, ha sido dirigido y escrito por un conjunto de cineastas locales que presentan sus puntos de vista en la estética de la escena pero incluso en la estética de la cinematografía. 

Entre algunas historias destacadas de preferencia, están la de una pareja de jóvenes que parece no poder consumar su relación hasta que se revela la razón por la que no pueden tener relaciones, dos hermanos que deben recoger el cadáver de su padre quien ha fallecido de un ataque cardíaco luego de haberse bebido una pastilla de viagra, y un señor y su esposa quienes deciden pasar hasta el último segundo de sus vidas juntos y él decide que eso será en la habitación de un motel. 

El concepto es muy atractivo y la dedicación de todos los actores es muy notable (sobretodo Héctor Anibal, Hony Estrella y Freddy Ginebra quienes resaltan), pero el mayor conflicto es en que, a pesar que todas las historias toman lugar en la misma habitación del motel, se sienten muy diferentes, y este problema yace en el inmenso listado de guionistas y directores vinculados a este proyecto. 

Gustavo López, Johanne Gómez, Amelia del Mar Hernández, Ernesto Alemany, Francisco Valdéz, Luichy Guzmán, Daniel Aurelio, Valeria Valentina, Ico Abreu, Diego Muziak, Emmanuel Galán & Ramón Monsanto, Adrian Pucheu y Alan Nadal Piantini, son solo los nombres de quienes dirigieron cada capítulo, y debido a la gran diversidad de estilos, las historias se sienten muy particulares; no conectan en estilo narrativo ni mucho menos en la presencia de los personajes. Desde un punto de vista de apreciación al mismo concepto de la antología de historias, quizás este detalle funcione a la perfección, pero han existido otros proyectos antológicos (Amores Perros, Relatos Salvajes, New York Stories, Pulp Fiction) que logran crear un equilibrio narrativo entre todos los personajes proyectados.

Pero dejando a un lado el tema narrativo, desde un punto de vista visual, el mayor desequilibrio cae en la variedad cinematográfica, donde en un intento de retratar cada género bajo un empleo específico de colores, cada episodio se sintió aún más como un universo muy particular de los demás. La antología de "un escenario, muchas historias" se pierde en los estilos tan individualistas de sus directores de fotografía, donde aparentemente conscientes hay uno asignado para cada acto. Esto crea un desbalance en la posibilidad de comparar un capítulo con otro.

Es verdad que uno encuentra muchas historias en la habitación de un motel, y que tanto la señora de limpieza como el dueño de esa cabaña son en sí testigos de primera fila ante aquellas situaciones; sin embargo, la forma en que Motel lo plasma pudo elevarse aún más si hubiese existido una mayor colaboración entre la docena de personas involucradas en su desarrollo directorial y cinematógrafo. Es una muy buena propuesta, pero con un resultado que pudo destacarse mejor.

domingo, 26 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Candela

Este thriller gira en torno a las entrelazadas vidas de tres desconocidos: una chica de la alta sociedad, un teniente solitario y un drag queen / artista de cabaret. La singular fusión acontece en vísperas de un huracán tras la misteriosa muerte de un joven poeta y traficante de drogas.



Cuando una película, independientemente de su género, su origen o su trama, logra entrarse en tu piel y tensarte a un nivel que caminar molesta después de verla, significa que el resultado que has visto funciona muy bien. Te has sentado en el sillón del cine, relajado y pensando si te gustará o no, y concluyes con la carga emocional y conflictiva de toda la historia y sus personajes. Eso es el resultado de una muy buena película.

Candela me dejó tensa. Después de los 88 minutos (un tiempo relativamente normal para una película de largometraje), sentía la ansiedad y el mal vivir de los personajes encima de mi, como un virus en el aire de la sala que solo te deja reflexionando sobre tu vida, tus relaciones y sobre el lado bueno y malo de cómo habitas en esta sociedad. Ese es cargando con el conflicto interno del tema y los personajes de esta trama, dirigida por Andrés Farías y basado en la novela de Rey Andújar.

La trama está dividida en tres capítulos: Sera, enfocado en una joven de la alta sociedad de Santo Domingo, quien se va a casar con un hombre al que ella no quiere como pareja, quizás porque este no podría encajar en su estilo de vida de fiestas, drogas y fetiches extraños; Pérez, que sigue al oficial asignado a investigar la muerte de una persona quien supuestamente entró a la casa de Sera para asaltarla y terminó lanzándose por la ventana; y Tiznao, que muestra un artista drag con quien la persona muerte tenía una relación y que busca a como de lugar respuestas a su muerte pues esto no solo le ha dejado la responsabilidad de cargar con la abuela de su difunto novio sino también con una depresión emocional de entender cómo llegó a ese apartamento. Estas tres historias van ocurriendo durante el anuncio de una tormenta ciclónica que afectará toda la isla y pide a los habitantes que no se expongan y se refugien en zonas alejadas de los cañaverales y ríos.

Hace 6 años, Andrés Farías presentó el cortometraje Tiznao, que presentaba el fragmento narrativo de este personaje, donde se tiene la oportunidad de apreciar el estilo narrativo y estético del director a la hora de proyectar una historia que ahora es considerada Caribe Pop, un movimiento artístico (desarrollado por Farías, Rey Andujar, y otros) donde explora las típicas situaciones sociales que viven los hijos del Caribe, como el padre ausente, las marginaciones sociales, la pobreza de clase, y demás. Y aunque aquí no necesariamente plantea todo lo que Caribe Pop indica, es una manera muy interesante de proyectar las necesidades sociales y emocionales que todo ser humano confronta, independientemente el tipo de cuna en la que creció; el planteamiento más duro que desarrolla Candela es que la vida, no importa tu clase social, siempre tendrá un lado de mierda, y ese lado te tocará aunque tengas todo el dinero del mundo. La exploración de las dificultades de vida de estos personajes fueron realistas y a su vez humanizadas, donde no pesa empatizar y acompañarlos en su camino de vida, por más pesado que este pudiese llegar a ser.

Pero la magia de Candela no solo yace en una trama que tiene dedicación y pasión bajo sus páginas de guión (se nota que aquí hubo años de trabajo para lograrse a la perfección), también convive en la estética de la película. El uso de los colores y las texturas está muy bien pensado acorde a quienes se sigue en ese momento. Cada personaje tiene una escenografía muy específica de quién ella o él es en la historia, destacando no solo los espacios limpios, sino también las suciedades sociales que habitan alrededor de ellos. La iluminación de los escenarios fue un aspecto clave para lograr que la decoración de set se sintiese tan acorde y que creara una armonía visual muy importante para no afectar el ritmo cinematográfico de las tramas. Del mismo modo, cada escena es inteligentemente acompañada por una banda sonora compuesta por el maestro Ezel Feliz (La Gunguna) y el compositor cubano Jorge Aragón.

Candela aprovecha su tiempo. Utiliza la tormenta tropical de fondo para acercarnos aún más a casa a quienes crecimos con noticias casi mensuales similares, pero esto es solo un elemento narrativo para crear pautas que conecten de manera externa la línea temporal de los personajes. Al final del día, es la historia de un hombre que estaba en el lugar equivocado y que su muerte une a tres personas que quizás en una situación más regular también se hubiesen encontrado a sí mismos. Esta es una película para analizar las dificultades que agobian al ser humano y que se mantienen arraigadas en uno, latentes, esperando a que se brote como una ola de tensión inescapable. Es verdad que cada clase tiene su magnitud de problemas y que las maneja acorde a sus facilidades de vida, pero aún así, no deja de resaltar que nadie está libre de pecado de las situaciones de vida, y que estas te pueden atar a quienes menos tú esperas.


lunes, 20 de septiembre de 2021

Temporada de Premios: Ganadores de los Primetime Emmy Awards 2021


Oficialmente la Academia de Televisión estadounidense concluye su Temporada de Premios con la 73va entrega de los Primetime Emmy Awards.


The Crown de Netflix reinó en la 73va entrega de los Primetime Emmy Awards anoche, con siete honores, incluida la Serie Dramática.

Mientras tanto, Ted Lasso de Apple TV+ se llevó a casa cuatro, mientras que los Hacks de HBO Max y Mare of Easttown de HBO  han obtenido tres victorias cada uno y The Queen's Gambit de Netflix ganó dos honores, incluida mejor Serie Limitada.

Los honores, que se llevaron a cabo en el centro de Los Ángeles al aire libre en el complejo de entretenimiento LA Live, se transmitieron en una transmisión en vivo por CBS y Paramount +. Cedric the Entertainer fue el anfitrión. 

Esta es la lista completa de los ganadores:

Drama Series: The Crown
The Boys
Bridgerton
The Handmaid’s Tale
Lovecraft Country
The Mandalorian
Pose
This Is Us

Comedy Series: Ted Lasso
Black-ish
Cobra Kai
Emily in Paris
Hacks
The Flight Attendant
The Kominsky Method
Pen15

Limited Series: The Queen’s Gambit
I May Destroy You
Mare of Easttown
The Underground Railroad
WandaVision

Lead Actress For a Drama Series: Olivia Colman, The Crown
Uzo Aduba, In Treatment
Emma Corrin, The Crown
Elisabeth Moss, The Handmaid’s Tale
Mj Rodriguez, Pose
Jurnee Smollett, Lovecraft Country

Lead Actor For a Drama Series: Josh O’Connor, The Crown
Sterling K. Brown, This Is Us
Jonathan Majors, Lovecraft Country
Rege-Jean Page, Bridgerton
Billy Porter, Pose
Matthew Rhys, Perry Mason

Supporting Actress For a Drama Series: Gillian Anderson, The Crown
Helena Bonham Carter, The Crown
Emerald Fennell, The Crown
Madeline Brewer, The Handmaid’s Tale
Ann Dowd, The Handmaid’s Tale
Yvonne Strahovski, The Handmaid’s Tale
Samira Wiley, The Handmaid’s Tale
Aunjanue Ellis, Lovecraft Country

Supporting Actor For a Drama Series: Tobias Menzies, The Crown
O-T Fagbenle, The Handmaid’s Tale
Max Minghella, The Handmaid’s Tale
Bradley Whitford, The Handmaid’s Tale
Michael K. Williams, Lovecraft Country
Giancarlo Esposito, The Mandalorian
John Lithgow, Perry Mason
Chris Sullivan, This Is Us

Outstanding Writing For a Drama Series: The Crown, Peter Morgan
The Boys, Rebecca Sonnenshine
The Handmaid’s Tale, Yahlin Chang
Lovecraft Country, Misha Green
The Mandalorian, Dave Filoni
The Mandalorian, Jon Favreau
Pose, Ryan Murphy, Brad Falchuk, Steven Canals, Janet Mock, Our Lady J

Outstanding Directing For a Drama Series: The Crown, Jessica Hobbs
Bridgerton, Julie Anne Robinson
The Crown, Benjamin Caron
The Handmaid’s Tale, Liz Garbus
The Mandalorian, Jon Favreau
Pose, Steven Canals

Lead Actress For a Comedy Series: Jean Smart, Hacks
Aidy Bryant, Shrill
Kaley Cuoco, The Flight Attendant
Allison Janney, Mom
Tracee Ellis Ross, Black-ish

Lead Actor For a Comedy Series: Jason Sudeikis, Ted Lasso
Anthony Anderson, Black-ish
Michael Douglas, The Kominsky Method
William H. Macy, Shameless
Kenan Thompson, Kenan

Supporting Actress For a Comedy Series: Hannah Waddingham, Ted Lasso
Rosie Perez, The Flight Attendant
Hannah Einbinder, Hacks
Aidy Bryant, Saturday Night Live
Kate McKinnon, Saturday Night Live
Cecily Strong, Saturday Night Live
Juno Temple, Ted Lasso

Supporting Actor For a Comedy Series: Brett Goldstein, Ted Lasso
Carl Clemons-Hopkins, Hacks
Paul Reiser, The Kominsky Method
Kenan Thompson, Saturday Night Live
Bowen Yang, Saturday Night Live
Brendan Hunt, Ted Lasso
Nick Mohammed, Ted Lasso
Jeremy Swift, Ted Lasso

Outstanding Writing For A Comedy Series: Hacks, Lucia Aniello, Paul W. Downs, Jen Statsky
The Flight Attendant, Steve Yockey
Girls5eva, Meredith Scardino
Pen15, Maya Erskine
Ted Lasso, Jason Sudeikis, Brendan Hunt, Joe Kelly
Ted Lasso, Jason Sudeikis, Bill Lawrence, Brendan Hunt, Joe Kelly

Outstanding Directing for a Comedy Series: Hacks, Lucia Aniello
B Positive, James Burrows
The Flight Attendant, Susanna Fogel
Mom, James Widdoes
Ted Lasso, Zach Braff
Ted Lasso, MJ Delaney
Ted Lasso, Declan Lowney

Lead Actress For a Limited Series, Movie or Anthology: Kate Winslet, Mare of Easttown
Michaela Coel, I May Destroy You
Cynthia Erivo, Genius: Aretha
Elizabeth Olsen, WandaVision
Anya Taylor-Joy, The Queen’s Gambit

Lead Actor For a Limited Series, Movie or Anthology: Ewan McGregor, Halston
Paul Bettany, WandaVision
Hugh Grant, The Undoing
Lin-Manuel Miranda, Hamilton
Leslie Odom, Jr., Hamilton

Outstanding Directing For A Limited Or Anthology Series Or Movie: The Queen’s Gambit, Scott Frank
Hamilton, Thomas Kail
I May Destroy You, Michaela Coel
I May Destroy You, Sam Miller
Mare Of Easttown, Craig Zobel
The Underground Railroad, Barry Jenkins
WandaVision, Matt Shakman

Outstanding Writing For a Limited Or Anthology Series Or Movie: I May Destroy You, Michaela Coel
Mare Of Easttown, Brad Ingelsby
The Queen’s Gambit, Scott Frank
WandaVision, Chuck Hayward, Peter Cameron
WandaVision, Jac Schaeffer
WandaVision, Laura Donney

Supporting Actress For a Limited Series, Movie or Anthology:  Julianne Nicholson, Mare of Easttown
Renée Elise Goldsberry, Hamilton
Phillipa Soo, Hamilton
Jean Smart, Mare of Easttown
Moses Ingram, The Queen’s Gambit
Kathryn Hahn, WandaVision

Supporting Actor For a Limited Series, Movie or Anthology: Evan Peters, Mare of Easttown
Daveed Diggs, Hamilton
Jonathan Groff, Hamilton
Lin-Manuel Miranda, Hamilton
Anthony Ramos, Hamilton
Paapa Essiedu, I May Destroy You
Thomas Brodie-Sangster, The Queen’s Gambit

Variety Talk Series: Last Week Tonight with John Oliver
Conan
The Daily Show with Trevor Noah
Jimmy Kimmel Live!
The Late Show with Stephen Colbert

Outstanding Writing For a Variety Series: Last Week Tonight With John Oliver
The Amber Ruffin Show
A Black Lady Sketch Show
The Late Show With Stephen Colbert
Saturday Night Live

Variety Sketch Series: Saturday Night Live
A Black Lady Sketch Show

Competition Series: RuPaul’s Drag Race
The Amazing Race
Nailed It!
Top Chef
The Voice

Variety Special (Live): Stephen Colbert’s Election Night 2020: Democracy’s Last Stand Building Back America Great Again Better 2020
Celebrating America — An Inauguration Night Special
The 63rd Annual Grammy Awards
The Oscars
The Pepsi Super Bowl LV Halftime Show Starring The Weeknd

Outstanding Variety Special (Pre-Recorded): Hamilton
Bo Burnham: Inside
David Byrne’s American Utopia
8:46 – Dave Chappelle
Friends: The Reunion
A West Wing Special To Benefit When We All Vote

sábado, 18 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Summer of Soul

Explora el legendario Harlem Cultural Festival celebrado en los Estados Unidos en 1969. En él se rindió homenaje a la cultura y música afroamericana, además de promover el 'black pride' y la unidad entre personas de una misma raza.



En "Summer of Soul (... Or, When the Revolution could not be Televised)", que inauguró el Festival de Cine de Sundance a principios del año con una nota de embriagadora exuberancia histórica, vemos imágenes del Festival Cultural de Harlem de 1969, y son como un sueño visiones de una tierra prometida. Un océano de caras negras, que se extiende hacia atrás como algo salido de "Monterey Pop" o "Woodstock" observan con pasión y regocijo las actuaciones de artistas de blues, gospel y rock 'n' soul que casi te abrasan con su fervor desprendido. Un estado de ánimo más grande que el evento, algo suave pero crepitante en el aire.

En 1969 sucedieron muchas cosas que marcaron el año como un punto de inflexión: Altamont, Chappaquiddick, el alunizaje, los asesinatos de Manson, Woodstock. Pero sucedió una cosa trascendental que muy pocos conocen (y que la cultura en general ha olvidado por completo), y esa fue la asombrosa serie de conciertos que tuvieron lugar durante seis fines de semana en Mount Morris Park en Harlem.

El Festival Cultural de Harlem contó con la presencia de cientos de miles de espectadores extasiados. Sin embargo, donde Woodstock y Altamont se volvieron legendarios, inmortalizados por las películas que se hicieron de ellos, el Festival Cultural de Harlem se convirtió, casi de la noche a la mañana, en un tesoro enterrado abandonado. Los conciertos fueron filmados y de manera bastante espectacular (al verlos, sientes que estás compartiendo el escenario con Stevie Wonder, Mahalia Jackson, BB King, Nina Simone y otros). Sin embargo, ningún productor estaba dispuesto a hacer una película con ellos. Como nos informa el título de apertura de “Summer of Soul”, el metraje “estuvo en un sótano durante 50 años. Nunca se ha visto".

El artista que ahora, por primera vez, ha arrojado una luz preciosa sobre ese metraje es Ahmir "Questlove" Thompson, quien hace su debut como director de largometraje con "Summer of Soul". Es un documental musical como ningún otro, porque si bien es una película de concierto alegre, cataclísmico, conmovedor y seductor, de lo que realmente se trata es de un punto de inflexión clave en la vida de los negros en Estados Unidos.

A raíz del movimiento por los derechos civiles (los triunfos y la reacción violenta, la revolución y los disturbios, el ascenso y la caída de Martin Luther King Jr. y Malcolm X), el verano de 1969, como dice uno de los observadores de la película, dio para elevar "la reevaluación total de nuestra historia y nuestra cultura". Está hablando de las epifanías del afrocentrismo, Black Is Beautiful y Black Power. Las erupciones revolucionarias del asombro del funk y el soul. Y, atravesando todo ello, el nacimiento de un nuevo tipo de liberación, una que aprovechó impulsos políticos y artísticos, espirituales y económicos, tan sonoros como un atasco de Sly Stone o tan visual como un afro de diez pulgadas de alto. 

Al ver "Summer of Soul", lo que experimenta es nada menos que el sonido de la libertad. La película trata sobre cómo ese sentimiento se codificó en la música y cómo se extendió a la audiencia, y también a la audiencia. “Summer of Soul” nos muestra que lo que se desarrolló en un escenario al aire libre en Harlem en 1969 podría convertirse en una liberación: la realización de algo que se había estado construyendo durante décadas.

El artista que da inicio a la película es Stevie Wonder, y es Stevie, tal vez, como nunca lo has visto: dejando atrás sus éxitos, literalmente caminando por el escenario, luego sentándose a la batería para empujar un jam en todas las direcciones. BB King hace un número sobre el blues que ahuyenta al blues. Y justo cuando parece que el espectáculo se está asentando en una vibra que no dudaría en llamar arraigada, la 5th Dimension entra, con sus trajes de colores coordinados, con chalecos (como lo describe un antiguo asistente) del color de un Creamsicle. Nadie tiene la idea de una banda de raíces, y Marilyn McCoo y Billy Davis Jr., entrevistados, hablan de cuántas tonterías tuvieron que soportar por "no ser lo suficientemente negros". Pero luego vemos al grupo entrar en su single mashup de "Aquarius / Let the Sunshine In", que fue el segundo mayor éxito de 1969. La primera mitad es un gozo aireado y temperamental; la segunda mitad es desgarradora: un tren de carga que se sale de las vías y se tambalea hacia el cielo. Es una de las varias actuaciones en "Summer of Soul" que quieren llevarte más alto, y lo hacen.

Questlove entrevista a las personas que asistieron al festival, mostrándoles el metraje antiguo para que veamos sus reacciones (por lo general, asombro y lágrimas), y habla con varios de los músicos supervivientes. Pero su golpe de director más audaz es enmarcar y editar casi todos los números musicales como una indagación sobre la experiencia del pop negro. Nos cuenta algo esencial sobre cada uno de los actos, entretejiendo las anécdotas del mini documental en los números que están actuando en el escenario.

Pero Questlove venera tanto esta música que se cuida de no perder el pulso. Entonces, cuando los cantantes de Edwin Hawkins cantan "Oh Happy Day", las mujeres miembros del coro se balancean con sus vestidos verde lima hasta el suelo, la historia de cómo este grupo devocional se unió para alimentar la pasión que estamos escuchando. Y cuando Clara Walker y The Gospel Redeemers cantan el delirante “Wrapped, Tied, and Tangled”, se completa la canción para escuchar la elocuencia tentadora de Al Sharpton, quien dice: “El evangelio era más que religioso. El evangelio fue la terapia para el estrés y la presión de ser negro en Estados Unidos. No nos tumbamos en el sofá. No sabíamos nada de terapeutas. Pero conocíamos a Mahalia Jackson". Y luego la película nos muestra a Mahalia Jackson. Y ella te derrite. Hace un poco de gospel que es extraordinario, y luego se une a Mavis Staples para interpretar la canción favorita de Martin Luther King Jr., "Take My Hand, Precious Lord". 

Hay momentos en los que “Summer of Soul” casi te lleva a la iglesia. Pero decir eso hace que la película suene más piadosa de lo que es. Gladys Knight y los Pips hacen "Heard it Through the Grapevine", y podrías ver a los Pips moverse para siempre; parecen estar bailando en una nube. Es sorprendente ver cómo suena una vieja y dorada "My Girl" cuando David Ruffin, que acababa de dejar The Temptations, aparece para interpretarla en solitario (la canción se lanzó sólo cuatro años y medio antes, pero ya estaba al otro lado de una división cultural). Y luego aparecen Sly and the Family Stone, y ves que la multitud literalmente avanza como una ola. Porque este es el sonido del futuro: suelto y multicultural, contundente y brillante, un sonido de poder exultante.

La mayor parte del poder emana cuando vemos por primera vez en escenario a Nina Simone. Durante años, ha habido un clip de ella en YouTube del Festival Cultural de Harlem cantando "Ain't Got No, I Got Life". Nunca fue más carismática: su cabello en forma de cono, con ganancias gigantes de plata metálica, su mirada dividida entre el desafío y la alegría. Ella hace "Backlash Blues" y estrena "To Be Young, Gifted and Black", mientras Charlayne Hunter-Gault cuenta la conmovedora historia de cómo, cuando se convirtió en una de las dos primeras estudiantes negras en la Universidad de Georgia en 1961, las chicas del dormitorio la aterrorizarían, golpeando su piso; pero lo superó escuchando a Nina Simone. Luego, en el escenario, Simone lee el poema "¿Estás listo?". “Summer of Soul” captura conmovedoramente el momento en que un mar de personas en Harlem escuchó una gran serie de voces y dijo: Sí .

Questlove siempre ha sido un maestro virtuoso de las mezclas, y en "Summer of Soul" crea lo que es, en efecto, el remix históricamente inteligente de una película de concierto. Sacado de la bóveda, el metraje ahora posee un brillo especial de revelación, uno que proviene de la forma en que los artistas musicales lanzaron un hechizo conscientemente diferente frente a una audiencia casi completamente negra del que tendrían frente. La libertad, la nueva libertad, es el tema de los conciertos, y une a los músicos hasta que sus ritmos, tan diversos como pueden ser, se alimentan entre sí, como si estuvieran pasando una batuta de efervescencia basada en el blues.


Crítica Cinéfila: Malignant

Madison está paralizada por visiones de asesinatos espeluznantes, y su tormento empeora cuando descubre que estos sueños de vigilia son, de hecho, realidades aterradoras.



Desde la loca escena de apertura, James Wan establece que su regreso al horror se convertirá fácilmente en el más polarizador hasta el momento. Canalizando el espectáculo de Dark Castle de finales de los 90, la secuencia de apertura establece una trama extravagante que se siente levantada de los 90 tanto en tono como en sangre, lo que indica un viaje salvaje por delante en el que debes estar dispuesto a absorver su escandalosa puesta en escena, o no estarlo. Es el tipo preciso de horror que golpea más a los fanáticos del terror, pero puede confundir al público general que no lo sabe.

Estamos a principios de los 90, y un enorme hospital gótico parecido a un castillo anidado en un aislamiento rural alberga una anomalía médica. Maligno se abre con un baño de sangre. Una doctora, acompañada de oficiales de seguridad, revisa a su paciente deforme pero peligroso, Gabriel, solo para descubrir que ya ha masacrado a gran parte del personal. Corte al presente, donde conocemos a Madison (Annabelle Wallis), una mujer tímida que intenta calmar a su marido abusivo mientras está embarazada. Un desagradable altercado donde su esposo resultó asesinado deja a Madison inconsciente en el hospital, forjando una misteriosa conexión psíquica con Gabriel, que acaba de comenzar una nueva matanza.

Wan concibió el concepto con Ingrid Bisu, quien interpreta aquí la encantadora y cómica oficial forense, asegurándose de que el tono y el humor negro sean intencionados. Maligno abarca cada pizca de locura que se encuentra en los thrillers de finales de los 80 y principios de los 90. Ese exceso de los noventa que se alineó en los estantes de terror de las tiendas de videos está grabado en lo más profundo de esta película y se impregna en las elecciones de historias y estilo lúdico de Wan, hasta la melodía de Bryan Ferry en la banda sonora.

El nivel del campamento, incluido el descarado triángulo amoroso que se forma entre el personaje de Bisu, la hermana de Madison (Maddie Hasson) y el detective Shaw (George Young), te pilla desprevenido. Es de una manera tan contagiosa que es difícil no sonreír ante cada pedacito de locura que Wan nos lanza. Hasta que la locura sobre pasa lo aceptable.

Wallis tiene la nada envidiable tarea de jugar directamente en un mundo tan escandaloso. El trauma de Madison provocó una cadena de eventos no deseados, vinculándola con un asesino, pero su infancia tampoco ofreció ligereza. Es un personaje melancólico y frágil que se ve obligado a encontrar fuerza interior a medida que su vida gira en espiral. Comparativamente, el personaje de Hasson no está limitado por el trauma y aporta un espíritu bullicioso para contrarrestar a Madison. Es únicamente a través de la actuación más ligera y apasionada de Hasson que roba la escena que el vínculo fraternal ofrece profundidad emocional y genera audiencia para el dúo.

Maligno tiene más que ver con el viaje que con el destino. Wan no inyecta giros o vueltas sorprendentes en términos de narrativa, sino más bien en lo lejos que empuja lo sobrenatural y cómo claramente se está divirtiendo haciéndolo. Que conectes los puntos mucho antes de que lo hagan los protagonistas significa que el ritmo se hunde en el segundo acto, pero Wan se lanza en picado con un tercer acto que alegremente va a la quiebra. Wan hace grandes cambios, y el humor y el derramamiento de sangre llegan a partes iguales.

El regreso de Wan al horror no será lo que la mayoría espera del cineasta. Se ha opuesto por completo a las tendencias del género, reorientando a una época en la que los thrillers de asesinos en serie traspasaban los límites más lejanos de la plausibilidad. Donde los asesinos y los protagonistas podrían vincularse psíquicamente, y los detectives encargados de resolver los asesinatos participaron en la broma. Aquellos que no estén familiarizados con los arquetipos de esta era pueden tener más dificultades para conectarse con lo que Wan está intentando.

La creatividad está en plena exhibición, sin escasez de piezas inventivas. Maligno no inquieta ni asusta, pero, de nuevo, no está destinado a hacerlo. Lo último de Wan es un medio de satisfacer el deseo de abordar su marca, de actuar como un sangriento San Valentín ante los horrores formativos de su juventud. Es una tontería, es indignante y el final muy tosco, pero a nivel general divertida: un retroceso imperfecto pero tremendamente entretenido a una era de horror pasada.


Crítica Cinéfila: La Fiera y la Fiesta

Vera, una actriz cuya fama se ha disipado prácticamente por completo, se reúne con su círculo social de amistades de los años 70 para filmar su última película: el legado de uno de sus mejores amigos, Jean-Louis Jorge. 



No es difícil imaginar el tipo de remake sensualizado de la década de 1970 que los cineastas Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas se propusieron hacer con La Fiera y la Fiesta. El objetivo era sin duda una película ficticia irónica dentro de una película en honor al extravagante cineasta, escritor y productor teatral Jean-Louis Jorge, que era un miembro activo de la moda de los años 70: piense en Warhol, en Studio 54 y piense en la versión europea de lo anterior. Se convirtió en una leyenda en Santo Domingo gracias a la fuerza de sus excéntricas películas de categoría B, hasta que su trabajo se truncó cuando fue asesinado por tres adolescentes en el 2000 a la edad de 53 años. Poco conocido fuera de Santo Domingo, Jorge es sin duda una figura que vale la pena recordar, pero no es fácil enfocarlo en esta película visualmente encantadora pero muy extraña de narrativa.

La historia reúne a un grupo de viejos amigos que conocieron a Jorge cuando todos eran miembros de la escena de los clubes clandestinos. Ahora en sus 70, planean rodar su guión sin filmar en su propia isla, antes de que sea demasiado tarde. La diva Vera (Geraldine Chaplin) ha asumido el papel de directora de cine, y el productor Víctor (Jaime Pina) ha aceptado buscar financiación. El equipo lo completan Martín el director de fotografía (interpretado por Luis Ospina) y Udo Kier como Henry, su leal coreógrafo.

Cuando la sofisticada Vera llega a la isla caribeña con su glamoroso guardarropa y su cigarrillo electrónico, Víctor está encantado de ver cómo se junta la película. Desafortunadamente, su opinión sobre la escenografía, que él ha encargado sin consultarla, es muy negativa, y está decepcionada de encontrar a Martin a bordo como director de fotografía (el DP que ella quería ha muerto). Instalada en un hotel de lujo, divide su tiempo entre fiestas constantes, acosando a su productor y pasando tiempo con un joven de larga cabellera (Jackie Luduena). Esta es la primera vez que se conocen, pero ella lo toma por su nieto perdido, hijo de su hija fallecida. El joven es un magnífico bailarín natural y un destacado en el coro (y en la película). 

El guión que están filmando, Le Palace, trata sobre vampiros y estrellas, que suena un poco más estrafalario que el trabajo conocido de Jorge. La bailarina principal, una chica local, le está dando a Henry ataques de siseo y está retrasando las tomas, por lo que nadie parece demasiado perturbado cuando aparece muerta en la bañera sangrando por el cuello. La siempre inventiva Vera está feliz de reemplazarla con la criada del hotel, que se convierte en una fiera en la pista de baile.

La historia llega a su clímax durante una tormenta tropical. Vera insiste en grabar alrededor de un tanque profundo con una máquina de olas mecánica a pesar de las dudas de Martin sobre las advertencias de tormentas eléctricas. Y ya se pueden imaginar qué pasa.

Este es el último momento en que la imagen se mantiene unida en una apariencia de cohesión narraticva. Al minuto siguiente, las costuras artísticas estallaron. Vera culpa al fantasma de Jorge por todos los problemas de producción y se demuestra que ella y Henry son criaturas sobrenaturales, lo que se siente más como un anticlímax que como una sorpresa.

Es una película pervertida y un poco desordenada que se extralimita a sí misma, pero al menos, el reparto es recordable. El rostro y el lenguaje corporal magníficamente expresivos de Chaplin están realmente fuera de tiempo aquí. Se las arregla para jugar concentrada y espacial al mismo tiempo, como en su respuesta inocente a un detective de la policía que le pregunta cómo sabe que el niño es su nieto. 

La parte inspirada de La Fiera y La Fiesta es la forma en que los cineastas crean una atmósfera de isla tropical inquietante fuera de las configuraciones de cámara e iluminación (Cárdenas hizo la cinematografía) y el diseño interior moderno, junto con las divertidas opciones musicales de Leandro de Loredo, fotografías en blanco y negro y insertos de las películas de Jorge.

A juzgar por estos intrigantes momentos, la transgresora vida y muerte de Jorge sin duda habría sido un documental fascinante. Sus tres largometrajes tienen el aspecto de clásicos del campo: La serpiente de la luna de los piratas (1973) protagonizada por una joven Sylvia Morales como una mujer que trabaja en un club nocturno mientras pierde el control de la realidad; Melodrama (1976) está basada en los romances cinematográficos de Rudolph Valentino y Pola Negri; y Cuando un amor se va (1998) está inspirado en una historia real sobre una mujer acusada de infidelidad y abandono infantil.

Al final, esta película es una experiencia visual, pero se deja caer en su narrativa cuando los persoanjes se envuelven en historias muy particulares que solo provocan que uno se pierda en la supuesta magia de sus momentos. Pero en realidad no es una magia, son demasiadas subtramas.


miércoles, 15 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: La Casa de Papel, Parte 5

Un misterioso personaje, que se hace llamar "El Profesor", planea el mayor de los atracos jamás ideado en el Museo del Oro. Para llevar a cabo el ambicioso plan, reunir a su banda de personas con ciertas cualidades y algo en común: no tienen nada que perder.



Independientemente de cómo la audiencia se ha dividido, no se puede negar que La Casa de Papel ha sido un éxito abrumador. No solo en popularidad y audiencia de Netflix, sino también por su historia y sus personajes.

Literalmente, es hasta salvaje la revolución y conmoción que ha causado, ¿verdad? La Casa de Papel tiene todas las tramas y giros absurdos que deberían haber descarrilado la serie hace mucho tiempo, pero de alguna manera ha hecho que todo esto funcione y le ha encontrado lógica a cada eventualidad. El entretenimiento se maneja de manera tan concisa en el mapeo de la historia, y los personajes están tan bien definidos y escritos que es una fórmula embriagadora y adictiva. La Casa de Papel será difícil de superar para Netflix. Esta es, con mucho, una de sus mejores series.

Ayuda que la serie proporcione comodidad. El público presionará reproducir en la temporada 5, sabiendo que no los decepcionará. Siempre hay una sensación de anticipación cuando el público ingresa a la última temporada, y existe la ansiedad de cometer un error en la última etapa. La temporada 5 elimina esos miedos del primer episodio. Es cinematográfico por naturaleza; tiene un arte visual y una composición musical incomparables. Lleno de acción para estimular el cerebro. Los personajes se involucran con el alma y con un discurso casi poético. Se siente como comida reconfortante. Tu corazón late, pero te sientes como en casa.

Todos los esfuerzos de escritura se concretan en la temporada 5. Tener personajes bien entregados vale la pena. Existe la sensación de que has estado en un viaje con ellos desde la 1era temporada. Se sienten como amigos y, a veces, como familia. El equipo de atracos ha logrado que la audiencia los apoye con su historia. No se trata de ser un criminal o del bien contra el mal pues eso parece no existir en esta burbuja que crea la serie. La temporada 5 muestra cómo han funcionado los mensajes concentrados creados hasta ahora. Y es fácil apoyar el tema del antisistema. Sentirse privado de sus derechos por parte de las autoridades. Ir en contra del status quo en un mundo de procesos económicos sistematizados.

Como sugiere el trabajo de promoción, y el lenguaje retórico utilizado en la temporada 4, la temporada 5 es la guerra. Puro y simple. Rara vez se trata de la emoción de un atraco, la seguridad de los rehenes o la codicia por las riquezas. Es familia, unión, y sobretodo es supervivencia. Todas las reglas se tiran por la ventana en la temporada 5, ya que ambos lados están desesperados: el equipo de atracadores y las autoridades.

Por supuesto, hay variables involucradas: el profesor es capturado por Sierra, un personaje con ojos perforados y un enfoque sin piedad. El banco es complicado de mantener por una situación de rehenes que se apoderan de armas. Además, las autoridades, encabezadas por el coronel Tamayo, han perdido la cabeza pues al parecer ya no se trata de un rescate civil. La temporada 5 induce la guerra psicológica mientras los medios lo documentan todo, lo que permite al público en general formar sus opiniones.

Netflix le dio cruelmente a la audiencia los primeros cinco capítulos, pero es muy transparente que el juego ha cambiado a medida que la historia avanza hacia una conclusión. Los escritores no se están reprimiendo, y tampoco el equipo de producción, por lo que tiraron todo por la ventana y se desplayaron con un diseño de producción y montaje impresionantes.

En el fondo no quiero que acabe La Casa de Papel, pero en realidad sería egoísta exigir más temporadas con estos personajes. Los hemos agotado a pulpa ya que hemos analizado cada centímetro de ellos desde la temporada 1. Confío en que el equipo detrás de esta serie podría crear más historias, haciéndolas más salvajes, pero de alguna manera manteniendo la emoción y el entretenimiento, pero alcanza un punto donde hay que aceptar que la historia debe terminar. Entonces, mientras espero los últimos cinco episodios, en los que tengo toda la confianza del mundo en que lograrán un final emocionante, es hora de darme cuenta y aceptar a jipios de que este viaje ha terminado. 


domingo, 12 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Cinderella

Cenicienta es una joven ambiciosa cuyos sueños son más grandes de lo que el mundo le permite, pero que será capaz de perseverar y conseguir sus objetivos con la ayuda de su Fab G.



Cenicienta sufre de una serie de problemas, pero su verdadera maldición es el terrible momento social en que ocurre. Si con su mensaje feminista de mano dura se hubiera lanzado hace unas décadas, podría haber tenido la oportunidad de ser subversivo. Pero estamos en 2021, y las adiciones al abarrotado y el decepcionante campo de las narrativas de #girlboss requieren un poco más de estilo y profundidad para mantener a las audiencias más jóvenes comprometidas.

Escrita y creada por Kay Cannon (Pitch Perfect), esta nueva Cenicienta no tan mejorada, trae a la heroína (Camila Cabello) como una mujer impulsada por su carrera. En los raros momentos en que su exigente madrastra (Idina Menzel) y sus apenas miserables hermanastras (Maddie Baillio como Anastasia y Charlotte Spencer como Drisella) no la llaman, Cenicienta se esconde en su sótano, dibujando vestidos. Quiere ser diseñadora y, por el aspecto de las páginas esparcidas por su escritorio de trabajo y clavadas en las paredes de su sótano inundado por el sol, parece estar cerca de realizar ese sueño. Esta Cenicienta, ambiciosa e ingeniosa, no tiene tiempo para un príncipe.

Tan prometedora como suena esa premisa, Cenicienta cede bajo el peso de sus intenciones, y ni siquiera su formidable elenco pueden salvarla: carece de magia y elegancia. Con su guión torpe y su producción poco inspirada, la nueva Cenicienta cae como una medicina de mal sabor.

La película musical comienza con la gente del pueblo cantando "Rhythm Nation" de Janet Jackson y la propia Cenicienta cantando el clásico "You Gotta Be" de Des'ree. El enérgico popurrí, uno de los muchos a lo largo de la película, todo arreglado por Keith Harrison, es un atajo oportuno que empuja a los espectadores en la dirección emocional correcta. Aquí debes sentirte optimista e inspirado, allí triste pero esperanzado. A pesar de las talentosas interpretaciones (estoy seguro de que el álbum de la banda sonora será un éxito), la música no ayuda a dar sentido a las reglas que gobiernan este universo ficticio.

En este mundo, donde la crueldad de la madrastra y las hermanastras se suaviza considerablemente, el guión funciona como una publicación motivacional extendida. "Creo que te ves tan bonita, pero honestamente, a quién le importa lo que yo piense, a quién le importa lo que piensen los demás", le dice con amor Cenicienta a una hermanastra mientras miran sus reflejos en el espejo. "Lo que importa es cómo te sientes cuando te miras en el espejo". Cuando el príncipe Robert (Nicholas Galitzine) y Cenicienta se encuentran por primera vez en la plaza del pueblo, él, disfrazado de plebeyo, le pregunta por qué las mujeres deberían poder tener negocios. Una Cenicienta irritada le corta los ojos antes de exclamar triunfalmente: “Las mujeres damos a luz, dirigimos hogares enteros. Seguramente podemos administrar un negocio, ¡no puede ser tan difícil!" Cenicienta posee suficiente conciencia de sí misma como para registrar su propia ridiculez, y declaraciones como estas se salpican a lo largo de la película con un guiño y una sonrisa. Pero sin la base de una narrativa confiable (después de todo, los niños no son estúpidos), los chistes no aterrizan.

Donde Cenicienta podría haber causado sensación, pero no es en sus elementos de diseño. Es difícil ver la visión general de los decorados y el vestuario, que se sienten como si hubieran sido seleccionados al azar y ensamblados sin pensar en cómo funcionaría todo esto dentro del mundo de la historia. Nada desafía las expectativas y todo parece hecho a bajo precio. Sin embargo, hay indicios de lo que podría haber sido, como cuando el hada padrino de Cenicienta (interpretado por Porter) se aparece en una pieza naranja estructurada con diamantes que solo se compara con la presencia vibrante del actor (a la cual no le supieron sacar más provecho que esa única escena).

Como una película de gran presupuesto con un elenco repleto de estrellas, Cenicienta cumple con el listón relativamente bajo establecido por la mayoría de los remakes contemporáneos, pero eso no la hace menos decepcionante. El cuento de hadas clásico y sus lecciones sencillas pero poderosas sobre la confianza en uno mismo, la perseverancia y el poder de la imaginación proporcionan una base atractiva para una narración ambiciosa y visualmente impresionante. Es triste que, viendo esta versión, no puedas saberlo.


sábado, 11 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Worth

Kenneth Feinberg (Michael Keaton), un poderoso abogado de Washington D. C. que recibe el reconocimiento de "Special Master" por la fundación 9/11, se dedica a luchar contra el cinismo, la burocracia y la política relacionada con la administración de fondos públicos. Su batalla le lleva a descubrir el verdadero significado de la vida.



Solo 10 días después del 11 de septiembre, el Congreso de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para ayudar a compensar a las familias de las víctimas de la terrible tragedia. A pesar del nombre del proyecto de ley, el Fondo de Compensación para las Víctimas del 11 de septiembre, sus objetivos no eran solo altruistas, ya que el proyecto de ley buscaba dar dinero libre de impuestos y financiado por el gobierno a las familias en duelo a cambio de su promesa de no demandar a las compañías aéreas involucradas en el acto terrorista. Aún así, se imaginó que el proyecto de ley sería por el bien de todos los estadounidenses: si las familias hubieran demandado a las aerolíneas, se creía que las demandas hundirían la economía estadounidense y que las réplicas del ataque solo diezmarían aún más el país. El primer problema: cómo calcular el pago por cada persona, un enigma moral y financiero que no atraía a muchos abogados. Sin embargo, sí apeló al abogado Ken Feinberg.

Como parte de estudio de personajes, una viaje a través de tonterías burocráticas y maquinaciones políticas, "Worth" de Sara Colangelo da vida a la historia de la misión aparentemente imposible de ganar de Feinberg. Interpretado por Keaton en un giro nada llamativo y totalmente impresionante, Feinberg es un experto legal impulsado por la razón que, a pesar de no creer que cualquier cosa pueda ser realmente justa, todavía piensa que la ley y el pensamiento racional pueden llevar a las personas hacia allí. Es el tipo de hombre que se relaja escuchando ópera, que llega a casa y no se quita la chaqueta ni siquiera se afloja la corbata antes de sentarse a relajarse. Lo que le falta en inteligencia emocional lo compensa con una brújula moral inquebrantable. Póngalo de esta manera: Feinberg y su equipo trabajaron en el fondo durante 33 meses, pro bono.

Colangelo reúne a un elenco de apoyo para ayudar a Keaton a animar el proceso: Amy Ryan es su mano derecha, Camille Brios, Shunori Ramanathan es una nueva asociada de buen corazón que estaba casi en las torres en ese terrible día, y un maravilloso y sobrio Stanley Tucci es el hombre que se convertirá en el mayor obstáculo de Feinberg como el esposo de una víctima. El guión cuidadoso pero nunca seco de Max Borenstein mantiene el ritmo del drama, mientras que la edición meticulosa de Julia Bloch agrega instantáneas a lo que podría ser un drama legal complicado sobre "agravios" y "actuarios" y otros conceptos decididamente no emocionantes.

Colangelo y el director de fotografía Pepe Ávila del Pino encuentran más dramatismo en sus composiciones mudas, a menudo enmarcando personajes en condiciones de soledad, tanto para resaltar las penosas condiciones de soledad que acompañan a tal trabajo. Cuando del Pino opta por la rara toma amplia de los intérpretes de la película, el efecto siempre es sorprendente, un recordatorio de que, a pesar de la inversión personal de Feinberg, no está solo, ya que hay tanta gente que cuenta con él.

Eso no quiere decir que a la mayoría de esas personas les guste su pensamiento. Ese primer encuentro desastroso establece un tono tanto para Feinberg como para el Charles Wolf de Tucci que nunca disminuye del todo: Feinberg es el abogado que intenta poner precio a la vida de las personas, y Wolf es el viudo furioso contra la máquina que sabe desde el principio. Salte que los parámetros del fondo son fundamentalmente defectuosos. La posición de Feinberg como "maestro especial" del fondo le otorga amplios poderes: él, Camille y su equipo deben decidir el valor financiero presunto de cada víctima; en función de su compensación y otros factores en el momento del ataque, la fórmula está lista para a ellos. Sin embargo, no es exactamente el tipo de persona que prospera sin una estructura rígida. Si bien la sensibilidad moral de Feinberg nunca está en duda, su tendencia a dividir a las víctimas como líneas en una hoja de cálculo no le gana el afecto de sus familias desconsoladas.

Mientras Feinberg y su equipo trabajan para lograr un número necesario de firmas (el 80 por ciento de las familias deben inscribirse en el fondo, renunciando a sus reclamos legales), el guión de Borenstein presenta delicadamente otras complicaciones que lo obligan a tener en cuenta el problema, como las muchas personas a las que está tratando de ayudar. Laura Benati aparece como una viuda que se niega a unirse al fondo porque está más impulsada por la gente que simplemente recuerda la valentía de su esposo bombero, aunque Feinberg eventualmente descubre algo que podría cambiar su pensamiento. Tate Donovan interpreta a un compañero abogado que busca socavar el fondo y apostar por una demanda masiva con las familias.

Mientras que "Worth" se refiere más literalmente a una pregunta asombrosa: ¿qué vale una vida? - se trata más precisamente del precio de calcular una pregunta tan desgarradora. Cuando se abre la película de Colangelo, Feinberg está tratando de convencer a una de las clases de la facultad de derecho de que la pregunta es legal, una pregunta que realmente puede responderse con suficiente información. Según la conclusión tranquila y sensible de la película, Feinberg ha descubierto una nueva respuesta sobre el valor de la vida humana y el precio para aquellos que no pueden evitar reconocerlo.


lunes, 6 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings

 El maestro de artes marciales Shang-Chi se enfrenta al pasado que pensó que había dejado atrás cuando se vio envuelto en la red de la misteriosa organización de los Diez Anillos.



A medida que ha seguido profundizando cada vez más en su catálogo de comics y buscando qué más podría estar disponible para la adaptación, Marvel Studios está puliendo cada vez más los rasgos distintivos de diversificación que llevaron a una considerable aclamación comercial y crítica para las publicaciones de Marvel Comics a partir de la década de 1960.

La esencia de la versión de esta película de Shang-Chi, interpretada por Simu Liu, parece ser la misma que la de su homólogo de cómics, que hizo su debut en la Edición Especial de Marvel #15 en 1973: un experto en artes marciales entrenado en varios estilos de combates por su padre revelado como un supervillano loco por el poder de la inmortalidad. Pero si la historia de fondo de Shang-Chi y cómo induce una crisis moral se sintió temperamental en la página, aquí el superhéroe se define remotamente por el síndrome del impostor de "niño dotado" como tantos otros héroes que dudan de sí mismos en el MCU.

Narrativamente, la película dedica una gran cantidad de tiempo a ahondar en la preparación del guerrero de Shang-Chi de la mano de su padre inmortal, Wenwu (Tony Leung Chiu-wai), quien ha sido un conquistador a lo largo de la historia gracias a su dominio de anillos de hierro mágico que lo hacen imbatible en combate. Habiendo huido de casa hace mucho tiempo, Shang-Chi es atraído de regreso al imperio clandestino de su padre cuando este envía un grupo de asesinos a robarle una gema que le había dado su madre; aparentemente, su padre tiene la obsesión de que su esposa muerta (Fala Chen) está atrapada en Ta Lo -su pueblo natal-, e irá a rescatarla con o sin la ayuda de Shang-Chi y su hermana separada, Xialing (Meng 'er Zhang).

Esta premisa podría haber sido descrita más simple si la película no rehuyera constantemente del trauma de infancia de Shang-Chi (considerando todo lo que tuvo que enfrentar, desde la intensidad de los entrenamientos hasta ser testigo de asesinatos) para centrarse genéricamente en nuestro héroe reacio que abraza gradualmente sus poderes sobrehumanos. No ayuda que Liu no transmita los profundos recelos que Shang-Chi podría tener sobre aceptar su papel de luchador. La suya es una actuación curiosamente carente de afecto que no puede compararse con lo que Leung aporta a la película, quién es el extremo completo. Oscilando notablemente entre la resistencia y la vulnerabilidad, Leung transmite sin esfuerzo la tranquila malicia con la que Wenwu afirma su poder absoluto, así como la angustia que siente el hombre por la pérdida de su esposa.

También es desafortunado que los detalles del trauma de Shang-Chi se distribuyan a través de flashbacks cada vez más superficiales y olvidables que hacen que la narrativa se detenga cada vez que la película comienza a cobrar fuerza. La llanura emocional de estas escenas solo se subraya por las bromas características de Marvel, en su mayoría entregadas por la mejor amiga de Shang-chi, Katy (Awkwafina), quien es posible ser uno de los personajes más inolvidables de la historia gracias al comic relief que le da a la historia. También está el asunto del ridículo cálculo moral de la película, que encuentra igualmente reprensible que Wenwu condicionara brutalmente a su hijo desde la preadolescencia para convertirse en un asesino y que el conquistador se negaría chovinistamente a someter a su hija a la misma formación, chocando totalmente con ideales que Marvel ha estado estableciendo en cuanto a la igualdad de empoderamiento en las mujeres de la franquicia.

Todo esto podría haber sido elevado por la presencia de escenas de artes marciales impulsadas principalmente por acrobacias prácticas complejas. Pero incluso la coreografía más fundamentada está siendo claramente ayudada por efectos de computadora, y los primeros planos de la acción reducen constantemente los personajes de combate a un desenfoque. Como es habitual en el MCU, el acto final se convierte en una batalla de multisecuencias, con el cálculo edípico entre Shang-Chi y Wenwu dando paso a una conflagración incomprensible de bestias mágicas y una guerra a gran escala.

Al final, Shang-Chi y la Leyenda de lo 10 anillos se siente como una mezcla de clásicos reconocidos, algunos viniendo de Disney (como Raya y el Último Dragón) y otros que provienen de la misma cultura asiática (Avatar: la leyenda de Aang, Pokemón y Dragon Ball Z), pero tantos estilos distintos en pantalla hace que haya un desbalance narrativo total, lo cual provoca muchas inconsistencias en la historia y por lo tanto en comprender al personaje y su objetivo, pero a su vez haciendo que uno, la audiencia, se desinterese completamente por lo que realmente se cuenta pues es muy difícil seguirle el hilo al objetivo de los anillos en la trama.


sábado, 4 de septiembre de 2021

Crítica Cinéfila: Candyman

Desde tiempos inmemoriales, los proyectos residenciales del barrio de Cabrini Green en Chicago se han visto amenazados por la historia de un supuesto asesino en serie con un gancho por mano al que se invoca fácilmente repitiendo su nombre cinco veces frente a un espejo. Hoy, una década después de que la última torre de Cabrini fuese derruída, el artista visual Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen) y su novia Brianna Cartwright (Teyonah Parris), se mudan a un apartamento de lujo de un barrio ahora irreconocible, repleto de millennials y de personas que, por lo general, desconocen su oscuro pasado.



Cuando Nia DaCosta era una niña en 1992 en Nueva York, no se le podía decir que el villano de la película de terror original "Candyman" no existía realmente. De hecho, en una entrevista ella narró la historia de una mujer que fue asesinada en esos días por alguien que se trepó por el espejo del baño y que fue algo de lo que hablaban porque sucedió en los proyectos detrás de su escuela primaria”. Entonces, para ella cuando era niña, Candyman era real. No venía de una película, algo que en esta versión del 2021 lo hacen sentir como un grito de auxilio real.

Puede sonar como la creencia ingenua de una niña, pero cuando reconsideras la brutal historia de fondo de "Candyman", sobre un artista negro del siglo XIX que fue asesinado por una multitud de hombres blancos por enamorarse de una mujer blanca, la leyenda se siente aún más real.

Es una de las razones por las que DaCosta volvió a mostrar esa historia en el nuevo "Candyman", protagonizada por Yahya Abdul-Mateen II como Anthony, un pintor que lucha por lidiar con un mundo de arte blanco mientras se obsesiona horriblemente con la historia de Candyman; mientras que su novia y directora de la galería que muestra su obra, Brianna (Teyonah Parris), quiere enterrar la leyenda y evitar que vuelva a ocurrir.

"Candyman es la forma en que lidiamos con las cosas que sucedieron, que todavía están sucediendo", dice William Burke, residente de Cabrini Green, de Colman Domingo, en el próximo Candyman de Universal .

La secuela heredada de la popular franquicia de terror de la década de 1990 es una película de género, claro. Gritos, horror, sangre y gore. Pero la directora Nia DaCosta y el productor Jordan Peele le recuerdan a Hollywood que se puede hacer una película puntual sobre las divisiones sociales independientemente de la marca o escala. Da la casualidad de que Candyman lo hace con la precisión filo de un maestro de manos de gancho.

Los proyectos de vivienda del vecindario Cabrini Green de Chicago han sido aterrorizados durante mucho tiempo con la historia de fantasmas de boca en boca sobre un asesino sobrenatural con un gancho en lugar de mano. Pero esta no es una aparición ambigua. Es un fantasma manifestado por la narración compartida. Décadas después de la demolición de la última de las torres Cabrini, el artista visual Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) y su novia, la directora de la galería Brianna Cartwright (Teyonah Parris), se mudan a un lujoso condominio tipo loft en Cabrini, ahora aburguesado más allá del reconocimiento y habitado por millennials ascendentes. Con la carrera de pintura de Anthony al borde del estancamiento, un encuentro casual con William de Domingo expone a Anthony a la naturaleza trágicamente horrible de la verdadera historia detrás de Candyman.

A nivel general, DaCosta parece haber obtenido inspiración para plasmar la película de lugares muy familiares en el género del terror y se debe a varios factores. 

El primero es el hecho de que se ha apreciado una revisita al barrio de Chicago que una vez fue el hogar de los proyectos Cabrini-Green donde se ambienta la primera película, para absorber todo lo que se pudiera sobre un área que ahora parece estar completamente deshabitada. Tanto para la directora como para el personaje de Anthony, se trata de contextualizar una larga historia de atrocidades raciales que se extienden mucho más allá de Candyman a través de las perspectivas de los residentes actuales y anteriores. 

El segundo factor se debe a que DaCosta trabajó junto a Jordan Peele y Win Rosenfeld en la escritura del guión. Al esta película ser el debut directorial de DaCosta, por lo que la inspiración en el estilo de la puesta en escena parece provenir bastante de lo que Peele y Rosenfeld (quien aparece en los créditos de agradecimiento de Get Out y Us) nos enseñaron en sus películas anteriores, donde se aprecia las preferencias directoriales que Peele nos ha mostrado, como la intensidad de la musicalización que afecta de una manera u otra en la tensión generada por la trama. Por supuesto, predomina el factor narrativo, dónde se mezcla una situación social que afecta a la comunidad afroamericana (en este caso particular, la gentrificación en sectores específicos de la ciudad) con la creencia en una leyenda o cultura urbana que igual está relacionada con esa comunidad. Si no fuese porque DaCosta está acreditada como directora, fácilmente cualquier persona fanática del cine de Jordan Peele (como yo) confunde esta trama como una película del aclamado director de terror.

Ahora... Candyman de DaCosta es fascinante de principio a fin, una de las mejores películas del año. La película explora el poder del mito y la leyenda y el trauma heredado en una mezcla de elementos familiares y nuevos que se arremolina de manera ingeniosa y contemporánea. Es una amalgama de dolor y maltrato generacional. El desprendimiento de un subconsciente colectivo. Es aterrador pero reflexivo. El guión presenta amplias destilaciones de matices temáticos complejos y estratificados en trozos de diálogo fácilmente digeribles que permanecen contigo tan poderosamente como algunas de las imágenes inquietantes de la película. 

Visualmente, DaCosta juega muy bien con su cinematografía, usando la distancia como un esgrimista experto, retrocediendo para dejar que una imagen duradera permanezca y acercándose para lamer la emoción y la tensión. Así mismo, asume el manto de Jonathan Demme y Barry Jenkins como maestros del primer plano destinado a plasmar las microemociones y puntos de vista de nuestros personajes. Una picadura de abeja aparentemente inocua convierte bolas de nieve en algo mucho peor. Una sensación de podredumbre y decadencia, una erosión tanto interna como externa, del espíritu y del cuerpo, impregna la tensa historia como un paralelo a la vida real. Hay algo elemental en ser acechado por un espectro en tu propio reflejo, y las perspectivas cambiadas, los ángulos torcidos y el diseño de sonido único de Candyman se unen para transmitir esa sensación de inquietud que se avecina. 

Candyman vuelve a examinar el mito y la ira de un hombre que ha perseguido este vecindario durante cientos de años, incluso ahora en la nueva trama cuando su historia casi se ha desvanecido con el tiempo. Pero di su nombre cinco veces en un espejo y te encontrarás con un destino sangriento que no se olvidará pronto.