Después de que es abandonado por su tribu, un joven deberá aprender a sobrevivir ante la dura y cruel naturaleza, acompañado a regañadientes de un lobo, que terminará convirtiéndose en su aliado contra innumerables peligros y el frío invierno.
"Boy meets... dog?" Este bromance prometía ser desde los orígenes de la humanidad, y en Alpha nos demuestran que su inicio no fue nada fácil como todos creerían que fue.
En el Paleolítico superior europeo, hace más de 20.000 años antes de Cristo, Keda se une al grupo de su tribu durante la temporada de caza. No obstante, mientras se enfrentaban a una manada de búfalos, el joven es gravemente herido y lanzado al vacío. Su grupo lo dan por muerto y abandonan su cuerpo, sin imaginarse que el joven aún sigue vivo. Cuando finalmente despierta, Keda se tiene que embarcar en una dura expedición para encontrar a su tribu. Solo y débil, tendrá que enfrentarse a inhóspitos terrenos, terribles condiciones ocasionadas por la última glaciación y todo tipo de peligros. No obstante, después de enfrentarse a un grupo de lobos, uno de los lobos es abandonado por su grupo, y ahora acepta a acompañarlo a regañadientes. En esta épica historia de supervivencia, los dos tienen que aprender a convivir y ayudarse para sobrevivir en la naturaleza y encontrar el camino a casa antes de que llegue el letal invierno.
Albert Hughes (The Book of Eli), crea esta narrativa de una manera simple y preciso, en que el dialecto de esta tribu no se interfiere en el entendimiento de las decisiones de los personajes. Es muy claro lo que busca lograr el personaje principal, pero la manera en que su travesía se convierte en una aventura sobre amistad y vínculo emocional es logrado a la fluidez de la trama y cada una de sus escenas.
El vínculo de Keda con el lobo solitario Alpha es el núcleo emocional de la película, y lo logra con tanta naturaleza que su relación nunca parece forzada ni falsa. Los dos se convierten en cazadores de equipo de etiqueta, con Alpha persiguiendo animales y Keda terminando con su lanza, y hay una autenticidad poética en cada uno de sus movimientos que hacen que la audiencia se olvide por una milésima de segundos de toda la travesía que les queda a ambos por pasar antes de llegar a su destino final. Pero no solo se trata de cómo se construye esta relación entre un humano y un perro, sino también sobre la madurez que una persona adquiere gracias al tiempo y la distancia alejado de su hogar. Por otro lado, los flashbacks y sueños representan ese mensaje paternal sobre lecciones que en su momento los hijos ignoramos, pero que después nos recuerdan nuestros orígenes y el verdadero camino que uno siempre debe tomar.
Lo que quizás no parecerá tan magnífico será la actuación de Kodi Smit-McPhee, la cual en más de una ocasión se siente sobreactuada (o mejor dicho exagerada), pero salvada por la empatía con el lobo, y la reducción al mínimo de los diálogos, para darle paso a sus acciones y reacciones durante cada momento de tristeza o peligro.
"Alpha" es cautivador sin ser demasiado sorprendente; siempre se puede decir, más o menos, hacia dónde se dirige. Sin embargo, la película es lo suficientemente buena para conectar con una audiencia hambrienta de ver una película pasada de moda hecha con una finura a la última moda. Trabajando por su cuenta, Hughes demuestra ser un coreógrafo impresionante del mundo natural. Cuando Keda queda atrapada bajo el hielo (una escena que hemos visto cientos de veces antes), y Alpha corre sobre la superficie rastreando a su amo perdido debajo se siente tan bien descrita visualmente que la hace original una vez más.
Pero el verdadero tapabocas de esta película es la fotografía, que dejará a todo el público sin aliento, aún en los momentos más neutrales. Desde los abismos del desierto hasta el frío artíco se ven atráctivos bajo el lente de Martin Gschlacht, acompañado de una banda sonora para erizar la piel. Y justo cuando pensamos que tenemos el final resuelto (con bebes lobo y toda la cosa), Hughes saca una silueta final memorable que sugiere que el vínculo que Keda ha creado es más que la conexión habitual de película entre hombre y animal, sino un salto en la evolución humana. Así es como un creador de imágenes de bravura toma una historia convencional y la eleva.
La típica historia de un niño y su perro se rebobinó varios milenios en "Alpha", una aventura narrativa puramente íntima entre humano y animal, dirigida por Albert Hughes. La elegancia gráfica y visual de la película logra con éxito narrar la ambiciosa crónica de "cómo la humanidad descubrió al mejor amigo del hombre".
Ficha técnica
Dirección: Albert Hughes
Producción: Andrew Rona y Albert Hughes
Guion: Daniele Sebastian Wiedenhaupt
Historia: Albert Hughes
Música: Joseph S. DeBeasi
Fotografía: Martin Gschlacht
Montaje: Sandra Granovsky
Protagonistas: Kodi Smit-McPhee, Leonor Varela, Natassia Malthe y Jóhannes Haukur Jóhannesson
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