viernes, 21 de julio de 2023

Crítica Cinéfila: Ramona

Sintiéndose poco preparada para su papel de adolescente embarazada de las afueras de Santo Domingo, la actriz Camila Santana decide sentarse con jóvenes embarazadas para inspirarse. Sin embargo, Ramona se adentra inesperadamente en un terreno desconocido cuando las adolescentes pasan a ocupar el centro del escenario.



¿Cuál es el criterio para interpretar a un personaje basado en una persona fáctica? ¿Cuánta licencia artística se concede para interpretar a un personaje así en una obra de ficción? ¿Debe un actor interpretar dicho personaje en base a los conocimientos o la experiencia es necesaria para el papel? Esos son los dilemas éticos en juego en el segundo largometraje de Victoria Linares Villegas, "Ramona". En la película hibrida de ficción y no-ficción, esta fue originalmente planeada para ser un drama ficticio y frustrada por COVID y los excesos presupuestarios para ser lograda, donde la actriz y directora de casting Camilla Santana interpretaría a una joven del mismo nombre, embarazada en medio de la epidemia de embarazo adolescente en la República Dominicana.

Pero la pandemia obligó a Villegas a convertir esta idea preconcebida en un documental en el que Santana, un poco mayor, entrevista a seis madres preadolescentes / adultas jóvenes para comprender cómo darle vida a Ramona. Ella busca la autenticidad del personaje captando su imaginación sobre cómo vive Ramona, su estilo de moda, apariencia física, movimiento corporal y cómo interactúa con los personajes masculinos. El consenso que reúne Santana es una historia de origen colectivo de cómo niñas se convierten en mujeres a muy temprana edad y cómo no llegan a la edad adulta de la misma manera que sus contrapartes masculinas. Luego se convierte en un estudio de personajes de los esfuerzos que un artista toma para comprometerse con el proyecto y los sacrificios que hace por el bien del arte.

Villegas sigue admirando la pizarra después de su presencia fundamental en su debut, "Lo que se hereda". En Ramona, la pizarra teletransporta a la audiencia desde un escenario de sonido artificial a tomas animadas y vibrantes que llenan las texturas de la pared pintada y se conectan con las voluminosas historias de los participantes. Es un cambio orgánico donde los instintos de Villegas y Santana dictan la complejidad interna de la feminidad. No les interesa encontrar una solución a una crisis conocida. En cambio, descubren cómo las normas culturales forzaron una trayectoria de vida específica en las mujeres dominicanas. Villegas también hace un uso fascinante en resaltar las repeticiones, como cortar a cada participante con el mismo uniforme y Santana diciendo la misma línea de manera diferente: "Mamá bebía todo el tiempo y me salió bien", para enfatizar los múltiples estados de ánimo por los que uno ha pasado durante su adolescencia, y que Ramona no es un monolito.

El intercambio de roles en pantalla entre Santana y el conjunto de jóvenes embarazadas en el tercer acto descarrila el arco emocional de Santana, pero es la transacción necesaria para que se realice la película. Santana se diluye detrás de la cámara para destacar a las personas que han experimentado la vida de Ramona de manera similar, lo que refleja su experiencia como directora de reparto. Pero sus reflexiones emocionales sobre su actuación no se capturan explícitamente cuando poco a poco se convierte en un extra. Aunque esta película no se trata de la actuación; se trata de las decisiones autorales de Villegas y Santana informando el arte. Revela la política de emitir una película y cómo sus elecciones determinan su destino y recepción cuando se maneja con cuidado y la debida diligencia. 

Pero más allá del arte como tal, esta es una película que analiza a profundidad los patrones de conducta que llevan a que la sociedad mantenga a estas jóvenes marginadas y que ellas se sientan rechazadas. "Ramona" es un lienzo incisivo y delicado que ennoblece la sororidad, la maternidad y el liderazgo. Su cinematografía precisa amplifica los recursos de fondo entrevistados en el esqueleto y la columna vertebral de la película. Cuestiona las prácticas tradicionales de casting a favor de un acto solidario colaborativo y transformador. Santana reconoce sus límites como alguien que nunca ha tenido un bebé y le devuelve su papel a la comunidad de clase baja de "Ramona", el origen original de la protagonista. 



Ramona

Ficha técnica

Dirección: Victoria Linares Villegas
Producción: Pedro García, Jordi Gassó, Rafael Llaneza
Guion: Diego Cepeda, Victoria Linares Villegas
Música: Oscar Chabebe
Cinematografía: Jaime Guerra
Montaje: Melisa Miranda
Reparto: Camila Santana, Yereini Santana, Estrellita Ynoa, Maite Ynoa, Yarisel Ynoa, Anderson Mojica, Sherlyn Mota, Rocio Pineda

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