Una fiesta preboda acaba siendo una pesadilla psicológica para un grupo de amigos cuando un invitado inesperado aparece con una maleta misteriosa.
Entrando a la larga lista de despedidas de soltero infernales creadas en universos cinematográficos a las que nadie en su sano juicio debería aceptar una invitación, "It's What's Inside" reúne a una gran multitud de amigos, en su mayoría distanciados, en una mansión remota donde nadie puede oírles gritar o a nadie le importa si lo hacen. Es una configuración muy antigua para una película de terror de cuenta regresiva de cadáveres, y es mérito del debut de Greg Jardin que no se desarrolle exactamente como se esperaría. Eso se debe a una premisa ingeniosa de alto concepto (no completamente original, pero más comúnmente utilizada para fines de comedia que de terror) que los cineastas están ansiosos por mantener en secreto, lo que podría ser un desafío si este atractivo y desagradable estreno genera el nivel de revuelo de "Talk to Me" al que claramente apunta.
La película comienza, de manera un tanto reveladora, con un ejercicio fallido de juego de roles. La película comienza con Shelby (Brittany O'Grady), una joven cautelosa que se pone una peluca y adopta una nueva personalidad vampiresca en un intento de conseguir que su distante novio Cyrus (James Morosini) la mire de otra manera (o, en realidad, que la mire siquiera). Cuando lo sorprende masturbándose viendo pornografía en su computadora, ella abandona el disfraz y acuerdan posponer una discusión más amplia sobre su vida sexual hasta más tarde, después de las celebraciones de la boda de su amigo Reuben (Devon Terrell) el fin de semana. No será la única vez en "It's What's Inside" que las fallas en las relaciones se expondrán cuando los personajes adoptan nuevas identidades de manera casual, todo con el fin de darle un poco de emoción a las cosas; la película va sacando a la luz las verdades que surgen cuando todos están enmascarados, con un efecto cada vez más histérico.
Antes de la boda hay una especie de despedida, aunque con un entretenimiento muy diferente de la oferta habitual de strippers y bailes eróticos. Shelby y Cyrus forman parte de un pequeño grupo unisex de amigos de la universidad de Reuben, convocados a su enorme y espeluznante mansión familiar para pasar una noche de recuerdos y juegos alcohólicos lejos de los ojos de su prometida Sophia (Aly Nordlie). Han pasado ocho años desde la graduación y no todos se han mantenido tan unidos como podrían haberlo hecho, aunque es un defecto del guión bastante esquemático de Jardin que es difícil imaginar qué podría haber unido a este conjunto bastante aleatorio de personajes superficialmente dibujados.
Entre los invitados se encuentran la glamurosa Nikki (Alycia Debnam-Carey), que ha conseguido una gran cantidad de seguidores en Internet como influencer que mezcla un activismo sincero y directo con sus fotos de açaí, y el chico de oro Dennis (Gavin Leatherwood), ahora un tatuado que se esfuerza mucho y no hace gran cosa. Brooke (Reina Hardesty) y Maya (Nina Bloomgarden) también están en la mezcla, aunque de forma algo anónima, pero la conversación gira en torno a un octavo invitado no confirmado: Forbes (David Thompson), un desgarbado inadaptado al que nadie ha visto desde que abandonó la universidad en circunstancias controvertidas, aunque corren rumores de que se ha reinventado como una especie de magnate de Silicon Valley. Efectivamente, llega tarde a la fiesta, con un maletín en la mano: dentro, su último desarrollo tecnológico, una especie de juego de distorsión mental que está ansioso por probar con sus distanciados amigos.
En conjunto, hacen lo que cualquiera en el cine hace cuando aparece una figura enigmática y ligeramente fría que promete mostrarles una nueva realidad, y lo que nadie haría de otra manera: beben y se sumergen en el juego. El primer acto de “It's What's Inside” puede no soportar un análisis minucioso, pero Jardin tiene prisa por llegar al desenfreno frenético del segundo, donde, sin desviarse hacia los spoilers, las defensas hasta entonces cautelosas de los personajes se rompen muy rápidamente, se cruzan los límites y se intercambian las perspectivas. La relación ya frágil de Shelby y Cyrus, en particular, se somete a una forma de terapia de grupo muy reveladora, en la que las motivaciones y los deseos ocultos salen a la superficie bruscamente.
Jardin lleva a cabo toda esta anarquía social iluminada por luz neón con energía y aplomo, sin ahorrarles a sus personajes ni a su audiencia la crueldad esencial de la premisa, aunque adereza los procedimientos con el tipo de comedia estridente y burbujeantemente caricaturizada que impulsó la película de terror, “Bodies Bodies Bodies”, en 2022. Los resultados son fríamente divertidos, con la trama aumentando continuamente hacia mayores grados de pánico y sorpresa, aunque se pierde el potencial de un desenlace psicológico más oscuro y duro, en gran parte porque estos personajes son tan delgados que es difícil preocuparse mucho por sus vulnerabilidades o hacer un seguimiento de sus personalidades en evolución. Las punzadas de sátira de las redes sociales, dirigidas tanto a la marca de bienestar benefactora de Nikki como a los planes de boda de Reuben, exhaustivamente etiquetados con hashtags, son divertidas pero fáciles, y pasan por alto las debilidades humanas más profundas que las sustentan.
Aun así, Jardin aborda esta historia de la misma manera que Forbes, que parece entrar en la fiesta con su sonrisa burlona y entrometida: como un agente del caos, dispuesto a mezclar y desordenar las cosas por el mero placer de hacerlo. En estos términos, “It's What's Inside” se presenta como una tarjeta de presentación del género bastante efectiva: filmada de manera brillante, con un montaje áspero, y con actores que aceptan con descaro su papel de peones en un elaborado juego narrativo de estrategia. Los estudios que busquen un estilista entusiasta para un guión de terror maleable harían bien en buscarlo, aunque se espera que proyectos futuros saquen a la luz los indicios parpadeantes de este debut sobre intereses humanos más torturados y subversivos.
Ficha técnica
Dirección: Greg Jardin
Producción: Guillermo Rosenfeld, Kate Andrews, Jason Baum, Raúl Domingo
Guion: Greg Jardin
Música: Andres Hewitt
Cinematografía: Kevin Fletcher
Montaje: Greg Jardin
Reparto: Bretaña O'Grady, James Morosini, Gavin Cuero, Nina Bloomgarden, Alycia Debnam-Carey, Reina Hardesty, Devon Terrell, David W. Thompson, Madison Davenport
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