Balthazar Pratt, un antiguo niño estrella obsesionado con el personaje que encarnó en los años ochenta, demuestra ser el peor enemigo al que Gru ha debido enfrentarse hasta la fecha. (FILMAFFINITY)
Continuando con nuestro capítulo de "películas que deberían dejar de hacer secuelas"... La historia de Gru y los Minions la conocimos en 2010, cuando estrenó Despicable Me. Para aquel entonces, y para la sorpresa de otras casas productoras de animación, la película fue un éxito, tanto para los niños como para los adultos, que nos enamoramos de esas criaturitas amarillas y de las niñas que llegan a la vida de Gru. De repente sale una segunda película que fue casi igual de graciosa y que da una continuación interesante a la vida amorosa de Gru. Ya para cuando anunciaron la tercera, mi pregunta fue: ¿y ahora qué veremos? ¿Gru será papá? ¿Esta vez robará la luna?
Para los que olvidaron, como yo, lo que sucedió en la segunda película, Gru estaba en una transición de ser supervillano a superespía (error garrafal #1). En este tercer encuentro con los Minions, ya Gru es parte de la agencia de superespías, ya no es el villano que nos hacía reír con sus planes de arruinar el mundo... pero para su mala suerte, y por el descuido de dejar escapar al villano Baltazar Bratt, es despedido junto a su esposa Lucy. Y los minions, cuando se dan cuenta de que Gru no volverá a ser villano, lo abandonan. Para completar la historia, llega la noticia de que Gru tienen un gemelo que quiere aprender de él para ser el villano perfecto.
Con esta tercera historia, Despicable Me termina desvinculándose totalmente de la idea original de su protagonista y creando minitramas internas que se alejan del objetivo principal de esta entrega (que, por si no lo saben, es capturar a Baltazar para poder recuperar el trabajo como espías). El hecho de que Gru ya no es un villano hace que hasta el título del filme no tenga sentido y que lo que antes daba risa, ahora es muy repetitivo. El mismo villano Baltazar solo es divertido cuando da sus pasitos de baile o lanza una de sus bellaquerías, pero se pierde al abrir la boca. Los únicos que, en cierto sentido, no pierden su carisma y son lo mejor de toda esta película, son los minions, que no dejan de hacer de las suyas y siempre buscan demostrar la eterna lealtad que le tienen a Gru, y por supuesto Agnes con su eterna búsqueda del unicornio más esponjoso.
La musicalización es lo que le permite ganarse unos puntos a favor, con la sinfonía perfecta de Pharrell Williams, quien hizo la banda sonora de las dos primeras entregas de Despicable Me, complementada con música de los 60 y 70 para el personaje de Baltazar. Y por supuesto, no se puede dejar de mencionar las secuencias de los minions, que a nivel narrativo, coreográfico y fotográfico representan las mejores escenas de toda la película.
Despicable me 3 es una película que, por el hecho de haber creado una gran simpatía con el público en la primera ocasión, ahora quiere volver a retomarlo con mucho force, subtramas desligadas de la historia y personajes alejados de su rumbo original. Quizás a los más chiquitos les entretenga, dado que sigue siendo animación y siguen estando los minions, pero quienes sentimos amor por el primer filme, sentiremos las ganas de mirar el reloj cada cinco minutos y preguntarnos qué ocurrió con ese super villano que sí hacia cosas divertidas.
Despicable Me 3
Título en español: Mi Villano Favorito 3
Ficha técnica
Dirección: Pierre Coffin y Kyle Balda
Producción: Chris Meledandri y Janet Healy
Guion: Ken Daurio y Cinco Paul
Música: Heitor Pereira y Pharrell Williams
Montaje: Claire Dodgson
Reparto: Steve Carell, Kristen Wiig, Trey Parker, Miranda Cosgrove, Pierre Coffin, Russell Brand, Dana Gaier, Andy Nyman, Michael Beattie y Nev Scharrel
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