viernes, 9 de marzo de 2018

Crónicas de California: Camino al Hollywood Sign


¿Qué es lo primero que quieres ver cuando llegas a Los Angeles?


No se los voy a negar. Desde que llegué, solo quería ir ahí. Y mientras más lugares visitaba, más me decía a mi misma: "el próximo lugar es el Hollywood Sign". Pero no se dio hasta que de verdad me lo plantee. Pero es una historia tan graciosa, porque a pesar de que lo planifiqué con tiempo, todo ocurrió exactamente cómo menos pensaba.

Si ustedes piensan hacer la caminata hasta el Hollywood Sign, les daré un simple y humilde consejo: vaya preparado física y mentalmente, porque no es cerca, hará calor y se va a marear en más de un punto. 


Así inicia mi anécdota...

Le había comentado a una amiga que quería hacer la excursión hacia el Hollywood Sign. Para los que no saben lo que es, se trata de ir caminando (o trotando) hacia lo más cerca que se puede estar del letrero, pues, debido al vandalismo de los ultimos años, tienen restricciones de que tan cerca uno puede llegar. Mi amiga me explicó que hay una ruta para llegar hasta el tope, atravesando uno de los principales condominios comunes de Burbank. Inocentemente, seguí sus instrucciones y le di una mirada a la ruta que ella me decía. Sin ánimos de asustarlos, la ruta (si de verdad era ese) parecía una verdadera travesía al mundo salvaje, donde no había un camino marcado y luce como una zona totalmente virgen.

Yo lo único que pensé fue en la salud mental de mi familia y mi seguridad, y por 5 minutos me di por vencida, hasta que mi tía/madre postiza Deyanira me llamó diciéndome que ibamos a hacer el hiking. Yo había olvidado totalmente que le había dicho. Y así retomé mi plan original hacía el Hollywood Sign.

Una vez nos encontramos, le indiqué lo que yo creía que era la dirección correcta para hacer el hiking. Llegamos al Griffith Park, que es el punto de partida para comenzar a caminar, y nosotras (dominicanas y mujeres al fin) decidimos preguntarle a un hombre para confirmar dónde exactamente era. Resulta que estábamos BIEN lejos de lo que en realidad era el punto de partida. Nos indicó dar toda la vuelta hacia la otra entrada del Griffith Park, subir hasta encontrar el parqueo más cercano y comenzar a caminar hasta que veamos el letrero.

Y así hicimos. Vuelta hacia la otra entrada. Parqueo. Pusimos música, tomamos un par de botellas de agua, gorra y lentes, y comenzamos a caminar. Al principio fue sumamente agotador. Primero porque es una colina, y como íbamos hablando casi siempre nos faltaba aire. Lo divertido fue cuando nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos de la cima: ¡casi 5 millas! Pero ninguna de las dos consideramos devolvernos. Y por ahí nos fuimos.


Otro dato interesante es la cantidad de excursionistas que te encuentras en el camino, y los tipos de excursionistas: los que van con sus mascotas (a veces las mascotas son los que los llevan a rastro), los que van en manada, las que suben hasta con la cartera (recomendación: nunca lleven cartera; es una decisión estúpida y no van a encontrar nada que comprar arriba), los que van a entrenar, los que suben en caballo (porque también se pueden rentar caballos para ir "más cómodos"), etc.

A mitad de camino, hicimos una pausa, porque como entenderán... ERA SUBIENDO. No sé si fue el cambio de altitud, la temperatura, lo que ya habíamos caminado hasta el momento. El punto era que necesitábamos la pausa. Y, vaya que valió la pena, porque la vista era EXCELENTE.

Seguimos, pues solo nos faltaban 1.8 millas, pero parecía eterno. Mientras más trataba de mirar que tan lejos estaba, desde mi punto de vista sentía que faltaba una eternidad. Y así, llegamos sin darnos cuenta.

Justo cuando llegamos, una persona detrás de nosotras solo dijo: "tanto caminar, ¿para este disparate?"... En realidad dijo otra palabra que no voy a escribir aquí. Pero, no hermano, no fue por cualquier tontería. Valió cada milla, quemada de sol, enpolvada y sudada. Porque es mejor de lo que las fotos te dicen. Una vez allí, a unos pocos metros del letrero, te da la sensación de que estás encima de todo Los Angeles y que nada de su vista se te escapa (ni siquiera, la contaminación en el aire de la ciudad). Imagino que de noche esa vista se tiene que ver mortal.


Devolvernos fue lo más fácil. No obstante, hay que tener mucho cuidado, porque uno se puede ir de boca bien fácil si no cuidas por donde caminas. Yo misma tropecé en varias ocasiones.

En total, la ruta fueron dos horas, más 20 minutos que duramos en la cima, haciendo fotos, hablando y mirando el panorama. Al día siguiente, nos dolía TODO. Hasta partes que ni siquiera estaban relacionadas a caminar. Pero valió la pena. Lo volvería a hacer. Fue saludable, la compañía fue divertida y la vista fue espectacular.

Consejos de Cinéfila:
1) Desayune antes de hacer esta excursión. No hay cafeterías en ningún lugar, a parte de que la distancia caminando requiere tener algo en el estómago.
2) Lleva agua a temperatura. Nunca fría, porque tu cuerpo se va a calentar mucho, pero tampoco caliente, porque necesitarás refrescarte.
3) Lleva protector solar. Nosotras fuimos en "invierno" y aún así el sol estaba potente. Además, usa ropa que te proteja lo mejor posible del sol y una gorra.
4) Si lo harás en la tarde, no vayas sol@. No es que sea peligroso, pero es muy solitario.
5) Si no quieres ir caminando, hay algunos tours en Hollywood que te llevan bien cerca en vehículo. ¡NO OBSTANTE! Recomiendo que vayan caminando, pues la experiencia vale la pena y es una buena anécdota para contar.


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