jueves, 15 de marzo de 2018

Thoroughbreds

Dos chicas adolescentes de Connecticut reavivan su amistad después de años separadas. En el proceso, aprenden que no todo es lo que parece y que un asesinato solucionaría sus problemas. (FILMAFFINITY)



Han escuchado de la frase "los polos opuestos se atraen". Esto no solo aplica para parejas, sino también para amistades. Así es que Thoroughbreds logra demostrar cuan certera es esta relación, por más extraña que parezca.

Mientras Lily es "sentimental", popular y notoriamente inteligente, Amanda no muestra sentimientos de compasión, es antisocial y, aunque lo esconde muy bien, también es muy inteligente. Eran amigas desde la infancia, y después de que el padre biológico de Lily falleciese y que Amanda desarrollase un desorden mental que no le permite tener sentimientos, se separaron por un tiempo, hasta que Lily comenzó a darle "tutorías" a Amanda.


La amistad vuelve a revivir cuando Amanda nota la molestia de Lily con relación a su padrastro y le propone que lo mate. Juntas crean un plan en el que involucrarán a un joven que vende drogas a menores. Lo que parecería una idea de asesinos en serie, proviene de la mente de dos jovenes que ni siquiera han salido del colegio, pero que han pasado por situaciones que las han llevado a tomar estas decisiones.

Lo que hace interesante a esta historia es la actitud de sus protagonistas, que será el empuje suficiente para entender la trama, pero a la vez para tratar de sumergirse en las dos chicas y entenderlas. Sus personajes están muy bien desarrollados, pero sobretodo, están muy bien identificados, pues es fácil reconocer cuales son las debilidades de cada uno (que hacen de la historia mucho mejor), cuales son sus necesidades y cuales son  sus objetivos en la película. Los roles protagónicos están interpretados por Anya Taylor-Joy (The Witch, Split) como Lily, y Olivia Cooke (Bates Motel, The Signal) como Amanda, en compañía del fallecido actor Anton Yelchin (Star Trek, Green Room).


Esta opera prima de Cory Finley tiene una narrativa y tonalidad muy particular, pues mantiene un paso lento y meticuloso en cada una de las acciones de los personajes, pero la música representa la intensidad de las emociones que sienten en determinados momentos, lo cual permite identificar el doble sentido de cada escena. Pero a la vez, la fotografía forma un papel muy importante en el establecimiento del tono, pues a través de tomas fijas y movimientos sutiles logra mantener el estilo que quiso resaltar en su historia, así mismo como cada decisión de los personajes son dadas a conocer de acuerdo a la intensidad del montaje.

Por otro lado, otro aspecto a destacar es el tema de la historia y cómo los papeles del principio se invierten al final. No se trata de darle un twist a la historia, sino de demostrar un crecimiento sutil en cada uno de sus personajes, cómo lograron su objetivo y el suspenso de cuáles serán sus próximas decisiones.

Es una película fascinante, con un estilo muy particular y excelentes actuaciones. Es oscura y perversa en las acciones de sus personajes, es entretenida al ver cómo ejecutan sus planes y es visualmente ingeniosa, con una elegancia en cada una de sus tomas en donde cada aspecto tiene su razón de existir.





Thoroughbreds

Ficha técnica

Dirección: Cory Finley
Producción: Andrew Duncan, Alex Saks, Kevin J. Walsh, Nat Faxon y Jim Rash
Guion: Cory Finley
Fotografía: Lyle Vincent
Musica: Erik Friedlander
Montaje: Louise Ford
Reparto: Olivia Cooke, Anya Taylor-Joy, Anton Yelchin, Paul Sparks y Francie Swift

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