La historia real de Mildred y Richard Loving, una pareja que se casó en Virginia en 1958. Debido a la naturaleza interracial de su matrimonio, fueron arrestados, encarcelados y exiliados. Durante una década la pareja luchó por su derecho a regresar a casa. (FILMAFFINITY)
En una época en la que, para exigir los derechos humanos y civiles que cada uno merece, se debe recurrir a la violencia, la pareja Loving resulta ser el mejor ejemplo a seguir, por su lucha en silencio y su discresión ante sus sufrimientos y debilidades, mientras enfrentaban las altas cortes judiciales hasta que su matrimonio interracial fuese aceptado en el Estado de Virginia y en el resto de Estados Unidos.
Con esta historia, Jeff Nichols se enfrenta a producciones actuales con una temática muy similar: diferencias raciales, violencia social y demás... sin embargo, y para su mala suerte, tiene sus tiempos muertos que, primordiales o no para la trama, provocan que la película no pueda subir al mismo nivel que su competencia. El guión es tan lineal que puede ser predecible y, en algunos momentos, aburrido.
A pesar de esto, no se le puede quitar el mérito del talento actoral que posee, gracias al trabajo de Ruth Negga y Joel Edgerton. Su desarrollo sutil y elegante como pareja de manera hacen que podamos posicionarlos como una de las mejores parejas de la cinematografía del 2016. Por su parte, Ruth Negga resalta más por su físico exótico y la paciencia de su personaje, aun en los momentos más tensos de la película.
Por otro lado, el diseño de producción y de vestuario ganan protagonismo durante toda la trama y nos teletransportan a la época exacta que nos narran, incluso en los detalles más mínimos y transparentes para los ojos de un espectador común.
Quizás esta película no trascienda tanto como el resto de las películas nominadas este año, pero eso no quiere decir que se haya quedado corta; logra contar una maravillosa historia de perseverancia y romance, que puede exhibirse con mucha altura y servir de marco referencial para entender lo que antes sucedía, que no puede volver a repetirse.
Con esta historia, Jeff Nichols se enfrenta a producciones actuales con una temática muy similar: diferencias raciales, violencia social y demás... sin embargo, y para su mala suerte, tiene sus tiempos muertos que, primordiales o no para la trama, provocan que la película no pueda subir al mismo nivel que su competencia. El guión es tan lineal que puede ser predecible y, en algunos momentos, aburrido.A pesar de esto, no se le puede quitar el mérito del talento actoral que posee, gracias al trabajo de Ruth Negga y Joel Edgerton. Su desarrollo sutil y elegante como pareja de manera hacen que podamos posicionarlos como una de las mejores parejas de la cinematografía del 2016. Por su parte, Ruth Negga resalta más por su físico exótico y la paciencia de su personaje, aun en los momentos más tensos de la película.
Por otro lado, el diseño de producción y de vestuario ganan protagonismo durante toda la trama y nos teletransportan a la época exacta que nos narran, incluso en los detalles más mínimos y transparentes para los ojos de un espectador común.
Quizás esta película no trascienda tanto como el resto de las películas nominadas este año, pero eso no quiere decir que se haya quedado corta; logra contar una maravillosa historia de perseverancia y romance, que puede exhibirse con mucha altura y servir de marco referencial para entender lo que antes sucedía, que no puede volver a repetirse.
