lunes, 13 de noviembre de 2023

Crítica Cinéfila: All The Light We Cannot See

Narra la historia de Marie-Laure, una adolescente francesa ciega, y Werner, un brillante adolescente alemán reclutado como soldado para rastrear emisiones de radio ilegales, cuyos caminos chocan en la Francia ocupada mientras ambos intentan sobrevivir a la devastación de la 2ª Guerra Mundial.



Algunos grandes libros simplemente no son adecuados para la adaptación, aunque eso nunca impidió que Hollywood lo intentara. A juzgar por su portada y su enorme popularidad, el atractivo de llevar a la pantalla algo como "All The Light We Cannot See" de Anthony Doerr es obvio. La novela ganadora del Premio Pulitzer, ambientada en Francia y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, está repleta de personajes fascinantes, lugares pintorescos y un tema recurrente que mezcla la naturaleza humana de hacer lo prohibido con la clandestinidad que salva vidas. Pero si profundizas en sus páginas encontrarás una narrativa densa y no lineal contada en prosa lírica, casi operística. Las características que hicieron de la novela un libro elegante para pasar páginas también hacen que sea extraordinariamente difícil de adaptar.

Esto hace que Steven Knight juegue sus cartas de acuerdo a lo conveniente: ¿es mejor hacer una adaptación que sea propia para el medio aunque no cuente la historia completa, o aferrarse al libro y contar lo más que se puede? Como fiel creyente que cada medio comunica de acuerdo a su audiencia, creo que tomó la decisión correcta, aferrándose a un fragmento de esta increíble novela, dividiéndola en 4 episodios y utilizando algunos de sus momentos más épicos para ilustrar la trayectoria de los protagonistas que tanto querremos salvar.

La serie inicia con un asalto aéreo a la ciudad portuaria francesa amurallada de St. Malo en 1944, en los días previos a su liberación de los nazis. Se siguen las bombas lanzadas desde un escuadrón de aviones estadounidenses mientras caen sobre la ciudad, aterrizando en medio de una historia que ya está en progreso. Una adolescente, Marie-Laure LeBlanc (Aria Mia Loberti), sentada en el ático de una casa, envía un mensaje a su padre desaparecido y a su tío abuelo a través de un transmisor de radio y lee un pasaje de 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne. Aunque es ciega y está completamente sola, rápidamente nos damos cuenta de que en realidad es bastante capaz y autosuficiente.

A través de flashbacks, conocemos la historia de fondo de la casa y sus dueños: los tíos abuelos de Marie, los hermanos Madame Manec (Marion Bailey) y Etienne (Hugh Laurie). El padre de Marie, Daniel (Mark Ruffalo), la trajo para quedarse con ellos después de la invasión nazi de París, donde había estado trabajando como maestro cerrajero en el Museo de Historia Natural. Antes de abandonar el museo, se guardó en secreto un famoso y valioso diamante llamado "Mar de Llamas", que se cree que está maldito. Se dice que quienes lo toquen vivirán una larga vida, pero sus familiares estarán condenados a sufrir. El robo los ha convertido en el objetivo de un nazi en particular, el sargento mayor Reinhold von Rumpel (Lars Eidinger), quien cree que la gema lo curará de una enfermedad potencialmente mortal. Mientras Marie se protege sola del bombardeo en su casa, él aterroriza a los ciudadanos de St. Malo, buscándola para apoderarse de la gema.

Al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un joven operador de radio alemán descubre la transmisión de Marie, pero la oculta a sus superiores nazis. Este es Werner Pfennig (Louis Hofmann, mejor conocido por los espectadores de Netflix como Jonas en la sinuosa serie alemana de viajes en el tiempo Dark). Nuestro segundo protagonista tiene razones para mantener la señal en secreto se van revelando gradualmente a través de flashbacks de su juventud en un orfanato, donde creció con su hermana Jutta (Luna Wedler), hasta que su genio para arreglar radios llamó la atención del tercer Reich. Lo reclutan para asistir a un internado nacionalista y luego lo obligan a unirse al ejército a pesar de ser técnicamente demasiado joven para ser soldado. A pesar de la cruz de hierro clavada en su pecho y el ocasional "Heil Hitler" lanzado para su propia protección, no es un simpatizante nazi. Puede parecer un poco desconcertante apoyarlo al principio, pero la simpatía innata de Hofmann te ayuda a hacerlo.

Desde el momento en que los conocemos, Werner y Marie están claramente en un rumbo de colisión que impulsa el sentido de los episodios, incluso si la serie parece algo desinteresada en seguir lo que resulta ser el hilo argumental más atractivo. Cuando sus caminos finalmente se cruzan, es eléctrico, gracias a la química y las actuaciones de Hofmann y Loberti. Entre el elenco mayoritariamente estelar, Ruffalo se destaca, aunque por momentos muy breves. Ha demostrado en otros proyectos que es más que un actor capaz; simplemente pudo haber sido más aprovechado. El que sí destaca cada vez que lo encontramos, y se convierte en un interesante conector entre Marie y Werner es el increíble e ingenioso profesor que en una de sus grandes narraciones radiofónicas dice una frase que resuena como un eco persistentemente motivador en ambos jóvenes: "la luz más brillante es la que no podemos ver". Además de ser un increíble título que resuena en la mente de dos almas jóvenes aferradas al sonido de un radio, es una referencia, ante todo, a toda la luz que literalmente no se puede ver: las longitudes de onda del espectro electromagnético que están más allá de la capacidad de detección del ojo humano. También es una sugerencia metafórica de que hay innumerables historias invisibles todavía enterradas en la Segunda Guerra Mundial; que las historias de niños comunes y corrientes, por ejemplo, son un tipo de luz que normalmente no se ven. En última instancia, el título pretende ser una sugerencia de que uno dedica demasiado tiempo a centrarse sólo en una pequeña porción del espectro de posibilidades, sin imaginarse el universo de opciones que hay allí afuera.

Los cuatro episodios fueron dirigidos por Shawn Levy, quien utiliza el buen trabajo de escenografía para guiar a sus personajes a contar una historia que pueda dejar a muchos deseosos de leer la novela en la que está inspirada. Las pintorescas calles adoquinadas, los edificios de ladrillo, los malecones de piedra y los interiores de las cabañas francesas le dan a la serie una sensación de habitabilidad y un distintivo sabor europeo. Algunas de las escenas incluso fueron filmadas en el verdadero St. Malo. Hay un bonito montaje al final del episodio final con fotografías de archivo de la ciudad, que es tan central en la historia que es casi un personaje en sí mismo.

Cuando te da la oportunidad de recuperar el aliento, "All The Light We Cannot See" puede transportarte maravillosamente. A lo mejor muchos quieran que esta historia se extienda tanto como su novela para disfrutar de la atmósfera de cualquiera de sus escenarios por un tiempo antes de empujarnos hacia atrás o hacia adelante en el tiempo. Pero eso requeriría extender el material original a varias temporadas, algo que no necesariamente es malo. Lo que sí deben saber todos es que arte de la adaptación consiste en descubrir qué cambios se pueden hacer en el libro sin sacrificar el espíritu de la historia. Creo que Levy encontró un espacio donde, sin necesidad de contar mucho, sacó la pureza de sus personajes, y le da sed de lectura y de curiosidad al más interesado.


All The Light We Cannot See
Título en español: La luz que no puedes ver

Ficha técnica

Creación: Steven Knight
Producción: Shawn Levy, Dan Levine, Josh Barry, Mary McLaglen
Basado en All the Light We Cannot See de Anthony Doerr
Música: James Newton Howard
Cinematografía: Tobias A. Schliessler
Montaje: Dean Zimmerman, Casey Cichocki, Jonathan Corn
Reparto: Aria Mia Loberti, Hugh Laurie, Mark Ruffalo, Louis Hofmann, Lars Eidinger, Marion Bailey
No. de episodios: 4
Género: Drama histórico, bélico

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