jueves, 15 de noviembre de 2018

The Girl in the Spider's Web

La hacker Lisbeth Salander (Claire Foy) y el periodista Mikael Blomkvist (Sverrir Gudnason) se encuentran atrapados en una red de espías, ciberdelincuentes y funcionarios corruptos del gobierno.



Si estás esperando ver a la Lisbeth Salander de The Girl with the Dragon Tattoo, lamento ser la traedora de malas noticias: son diferentes autores, y por tanto personajes con cualidades distintas, a pesar de querer ser la misma. Por lo tanto Claire Foy no es solo una imagen nueva, sino también representa una personalidad que no había sido explorada en la película del 2015.

En esta película, la joven 'hacker' vuelve a demostrar una vez más su talento para la investigación y para romper los mejores sistemas de seguridad del mundo. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y está asumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios. Quienes le critican, insisten en que Mikael Blomkvist ya es historia. Una noche, Blomkvist recibe la llamada del profesor Frans Balder, un eminente investigador especializado en Inteligencia Artificial quien afirma tener en su poder información vital para el servicio de inteligencia norteamericano. Su as en la manga es una joven rebelde, alguien a quien Blomkvist conoce demasiado bien. Mikael siente que esa puede ser la exclusiva que él y Millennium tanto necesitan, pero Lisbeth Salander, como siempre, tiene sus propios planes.


Hay una nueva historia de fondo para Lisbeth que suaviza el original de múltiples violaciones y abusos. Ella ahora tiene habilidades informáticas mucho más avanzadas. También tiene la nueva superpotencia de acceso a cualquier computadora en el mundo en dos clics, sin mencionar las motos y Ferraris sobre hielo y nieve a la velocidad de Le Mans y sobreviviendo a ciertas situaciones de muerte. Si presentas una versión femenina enfadada y perforada de James Bond, estás en el espíritu de la pieza dirigida por Fede Alvarez y protagonizada por Claire Foy ( First Man, The Crown ) en el papel principal.

Al igual que la película de 2011, esta sabe manejar el género que desarrolla, escondiendo detalles para ser revelados más tarde, y a su vez creando suficiente tensión para más tarde sorprender a toda la audiencia. El manejo de los antagonistas es otro aspecto a resaltar, pues la historia sabe guiar y engañar al público con trampas falsas para más tarde revelarte que el antagonista es bien cercano al protagonista. 

A diferencia de la película de David Fincher, esta tiene una estructura más clara, y esto puede ser bueno y malo a la vez, porque a pesar de querer dejar todo bien establecido, pierde esa temática de lo engañosa y enredada que puede ser el manejo del internet. Así mismo, las tecnologías siguen siendo armas poderosas pero no son las que al final del día ayudan a resolver el problema, lo cual le agrega un valor más humano a esta historia.


Claire Foy es una camaleona. Se puede meter en el cuerpo de cualquier personaje, no importa que tan complejo este pueda ser. Y Lisbeth Salander no es la excepción; a pesar de haber sido excelentemente interpretada por Rooney Mara en su película anterior, Claire le agrega esa humanidad que en ocasiones le faltó a Rooney. No es reactiva, sino aún más calculadora, preparada para cualquier situación que venga de por medio. Así mismo, su preparación física para todas esas peleas y lanzadas desde lo alto es impresionante y empoderadora. No deja caer el personaje a pesar de estar atrapado bajo el latex o intoxicada por su propia hermana. Un punto a resaltar es que el personaje de Salander parece ser más fuerte y agil que Mikael, quien aquí termina siendo una víctima insuficiente, y no un compañero de batallas como anteriormente lo habíamos visto.

Por otro lado, el reencuentro de Lisbeth y Mikael no es tan mágico como muchos fanáticos imaginaban, dejando la gran interrogante de por qué Mikael parece más joven que Lisbeth. La línea de tiempo parece enredarse aún más, y es difícil creerse que estas dos personas tuvieron una conexión en algún momento de sus vidas, sobretodo porque Mikael está muy distante y a la vez se comporta de manera egoísta en más de una ocasión. 


Los escenarios nevados de Suecia le sirven bien a las explosiones y velocidades de las secuencias de acción, que son complementadas por una banda sonora que recuerdan el ambiente de esta película. Así mismo, el uso del color es muy específico, manteniendo todo blanco y negro, tal y como Lisbeth lo sigue, para enseñar cuando es que el verdadero cambio en su vida llega. Otro aspecto técnico a resaltar es el monntaje de las escenas, gracias a la ingeniosa edición que crea una coreografía entretenida de las imágenes con el sonido y la música, destacando aún más el género de thriller acción.

A pesar de que Lisbeth sigue teniendo el dragon tatuado en su espalda, la metáfora de las arañas está muy bien implementada en la historia desde la primera escena de la película, y se adentra aún más al lado oscuro de la vida de la protagonista, momentos que son necesarios para poder entender por qué Lisbeth es como es. Es una producción distinta a la de 2011, pero que le hace honor a un personaje que debería convertirse en el equivalente femenino perfecto de James Bond: una mujer que nada ni nadie es capaz de detener y que no se detiene hasta que completa su plan.



The Girl in the Spider's Web
Título en español: Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte

Ficha técnica

Dirección: Fede Álvarez
Producción: Eli Bush, Elizabeth Cantillon
Guion: Jay Basu, Fede Álvarez, Steven Knight
Basada en The Girl in the Spider's Web de David Lagercrantz
Música: Roque Baños
Fotografía: Pedro Luque
Montaje: Tatiana S. Riegel
Protagonistas: Claire Foy, Sverrir Gudnason, LaKeith Stanfield, Sylvia Hoeks, Claes Bang, Cameron Britton, Stephen Merchant

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