Después de huir de sus padres negligentes y abusivos, un niño de 12 años endurecido y callejero los demanda para protestar por la vida que le han dado.
La directora y guionista Nadine Labaki regresa a las salas de cine con una historia que promete conmover a toda la audiencia: la lucha de la minoría por obtener prioridades tan sencillas como un acta de nacimiento. ¿O será que nacer ya no es tan importante como antes?
Este melodrama con formato de drama judicial presenta la demanda de un niño a sus padres por haberlo traído a este mundo, donde ni se respeta ni se reconoce su dignidad, y obligarlo a vivir en la pobreza extrema, moral y física. El niño exige justicia y, como compensación, que esa justicia prohiba a sus padres tener más hijos.
Capernaum, ciudad de Jesús, un lugar geográfico. Y también, en sentido figurado, un lugar enloquecido donde se acumulan las desgracias. Zain es hermano mayor de aproximadamente ocho niños, quienes deben salir todos los días a trabajar en vez de poder ir a la escuela o incluso disfrutar cosas de niños. La pubertad significa matrimonio forzado para sus hermanas, y cuando descubre que una de ellas ya ha llegado a esa edad, la protege para evitar que sus padres la entreguen a alguien. Pero ya cuando ocurre lo inevitable, Zain escapa de casa y termina viviendo las miserias de la calle hasta que una refugiada de Somalia se apiada de él y lo acoge en su hogar.
La suma de las desdichas de Zain y de este bebé que apenas camina son inagotables cuando ella terminan siendo arrestada por la policía, y es allí donde Zain deberá tomar decisiones difíciles para proteger al bebé de una posible muerte.
En esta historia, la ficción de los relatos de Zain se entrelazan con un aspecto documental muy efectivo. Resulta una fábula con sentimientos encontrados, acusada por parte de algunos espíritus sensibles de jugar a la pornografía de la miseria; es una trama que promete dejar a un lado el cinismo y revivir los sentimientos humanos que muchos han olvidado. Momentos tan simples como los trucos de Zain para conseguir comida para él y el bebé, su método de transporte para el bebé a base de un caldero y una patineta, convencer a dueños de lavaderos para permitirles bañarse después de días sin ver agua, son algunos de los detalles de la película que gritan la realidad de esta ciudad.
El verdadero premio se lo lleva Zain Al Rafeea, este actor joven que hace su debut con un personaje que carecerá de sentimientos positivos, pero todo debido a la vida que le ha tocado. Apenas con 12 años, Zain sabe golpear a la audienncia donde más debe dolerles, perdido en los márgenes de la misma marginalidad de la ciudad donde vive. Pero lo que resulta más interesante del personaje es que, apesar de las carencias por las que debe pasar, esto no le provoca olvidarse de sus orígenes cuando por fin puede ver algún rayo de esperanza.
Las acciones de Zain resultan siendo una cachetada a la sociedad como una forma de alertarnos de las situaciones que muchos niños viven a diario en el Medio Oriente, donde los guionistas evitan mencionar las guerrillas y bombardeos, y se enfocan en temas más generales que ocurren casi en todas partes del mundo. Zain vive sin alegría ni picardía ninguna. En carne viva.
Capernanum es un lugar que es muchos lugares a la vez, rodeado de crisis económicas y políticas: refugiados, pobreza, niños abandonados, matrimonios forzados, venta de personas, esclavitud humana, miseria y más miseria material y moral: Capernaum resulta ser el desastre humano, al nivel de ser una ciudad donde un niño dice a otro que quiere emigrar a un lugar “donde la gente muera de causas naturales”.
La suma de las desdichas de Zain y de este bebé que apenas camina son inagotables cuando ella terminan siendo arrestada por la policía, y es allí donde Zain deberá tomar decisiones difíciles para proteger al bebé de una posible muerte.
En esta historia, la ficción de los relatos de Zain se entrelazan con un aspecto documental muy efectivo. Resulta una fábula con sentimientos encontrados, acusada por parte de algunos espíritus sensibles de jugar a la pornografía de la miseria; es una trama que promete dejar a un lado el cinismo y revivir los sentimientos humanos que muchos han olvidado. Momentos tan simples como los trucos de Zain para conseguir comida para él y el bebé, su método de transporte para el bebé a base de un caldero y una patineta, convencer a dueños de lavaderos para permitirles bañarse después de días sin ver agua, son algunos de los detalles de la película que gritan la realidad de esta ciudad.
El verdadero premio se lo lleva Zain Al Rafeea, este actor joven que hace su debut con un personaje que carecerá de sentimientos positivos, pero todo debido a la vida que le ha tocado. Apenas con 12 años, Zain sabe golpear a la audienncia donde más debe dolerles, perdido en los márgenes de la misma marginalidad de la ciudad donde vive. Pero lo que resulta más interesante del personaje es que, apesar de las carencias por las que debe pasar, esto no le provoca olvidarse de sus orígenes cuando por fin puede ver algún rayo de esperanza.
Las acciones de Zain resultan siendo una cachetada a la sociedad como una forma de alertarnos de las situaciones que muchos niños viven a diario en el Medio Oriente, donde los guionistas evitan mencionar las guerrillas y bombardeos, y se enfocan en temas más generales que ocurren casi en todas partes del mundo. Zain vive sin alegría ni picardía ninguna. En carne viva.
Capernanum es un lugar que es muchos lugares a la vez, rodeado de crisis económicas y políticas: refugiados, pobreza, niños abandonados, matrimonios forzados, venta de personas, esclavitud humana, miseria y más miseria material y moral: Capernaum resulta ser el desastre humano, al nivel de ser una ciudad donde un niño dice a otro que quiere emigrar a un lugar “donde la gente muera de causas naturales”.
Labaki observa, deja hacer (el rodaje duró seis meses) y saca lo mejor de estos niños abandonados, que es imposible evitar darse cuenta; es verdad que la trama está repleta de trucos y exageraciones, pero también repleta de aciertos dramáticos que son una llamada de atención más que una telenovela. Capernaum es una pieza llena de verdades dolorosas, con la única intención de dejar a un lado las exigencias materiales y dedicarle unos pocos minutos a lo que realmente debería importar, como la felicidad de los niños y los derechos que merecen desde su nacimiento.
Capernaum
Ficha técnica
Dirección: Nadine Labaki
Producción: Michel Merkt, Khaled Mouzanar
Guion: Nadine Labaki, Jihad Hojaily, Michelle Keserwany, Georges Khabbaz, Khaled Mouzanar
Música: Khaled Mouzanar
Fotografía: Christopher Aoun
Montaje: Konstantin Bock
Protagonistas: Zain Al Rafeea, Yordanos Shiferaw, Boluwatife Treasure Bankole
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