sábado, 19 de junio de 2021

Crítica Cinéfila: In the Heights

Basado en el musical de Broadway, sigue a un grupo de vecinos del barrio Washington Heights de Nueva York. El principal es Usnavi (Anthony Ramos), el simpático dueño de una bodega, criado por su abuela que sueña con volver algún día a su República Dominicana.



Como dominicana que ha vivido fuera de su país y que mes tras mes anhelaba volver para sentir ese calorsito, sazonsito y ese no-se-qué más que solo sabe dar la media isla, puedo decirles que "In The Heights" me llevó a lugares astrales inigualables. Obviamente, esto tiene mucho que ver por la obsesión profesional que tengo con Lin-Manuel Miranda (gracias a Hamilton y Moana), pero además de su talento incomparable de escribir lo que solo el inmigrante siente, esta película simplemente sabe tocar las teclas correctas para que cualquier latino la vea y diga "oh sí, así mismito yo haría".

Una versión cinematográfica de la primera obra ganadora de un Tony de Miranda, antes de superarse a sí mismo con "Hamilton", "In the Heights" captura el bullicio del buen caribeño, cambiando el multicultural vecindario de Washington Heights en Manhattan con una vertiginosa variedad de estilos de canciones y bailes, desde hip-hop hasta sazones musicales latinos. Las secuencias musicales entretienen mientras logra a la perfección mantener a los distintos personajes principales y sus historias entrelazadas en el medio. La película también ofrece un montón de caras nuevas y talentosas, un empujón más para el queridísimo Anthony Ramos y un recordatorio de que Jimmy Smits es mucho con demasiado. 

El alumno de “Hamilton”, Ramos, interpreta a Usnavi, el afable dueño de una bodega en la esquina interpretada originalmente por Miranda en Broadway. Queriendo una vida mejor para él y su compañero de trabajo y primo, el carismático Sonny (Gregory Diaz IV), Usnavi ha escatimado y ahorrado su dinero para poder regresar a la República Dominicana, incluso cuando tiene un enamoramiento no tan secreto por los locales de la chica de salón Vanessa (Melissa Barrera), una diseñadora de moda empedernida que quiere ascender en el mundo y salir de Washington Heights. Varios otros personajes y situaciones que les suceden, desde un boleto de lotería perdido por valor de $96,000 hasta un apagón que aprieta a la comunidad, hacen que Usnavi reconsidere su decisión de irse de Nueva York.

Kevin (Smits) es dueño del servicio de automóviles al otro lado de la calle donde trabaja el amigo de Usnavi, Benny (Corey Hawkins), cuando la hija de Kevin y el amor de Benny, Nina (Leslie Grace), regresa a casa desde Stanford por el verano, aunque un poco en pesar considerando que va a abandonar la escuela por sentirse excluida. Daniela (Daphne Rubin-Vega) y Carla (Stephanie Beatriz) son compañeras de vida que dirigen el salón, aunque el centro de cotilleo del barrio tiene que mudarse al Bronx, mientras que la Abuela Claudia (Olga Merediz) es la sabia figura materna para todos en la zona. Miranda, que también es productor, tiene un papel pequeño pero divertido como el travieso heladero ambulante de piragua.

El guión de Quiara Alegría Hudes (quien escribió el libreto para el musical teatral) coloca la historia de Usnavi como su trama central de la película, y la fuerte actuación multifacética de Ramos, su simpatía inherente y su sorprendente talento como bailarín -en serio, nos dejó a muchos SORPRENDIDOS- lo mantienen involucrado a través de los altibajos del dueño de la tienda así como el mismo seguimiento que él le da a otras tramas, como la salud de abuela Claudia, la llegada de Nina y el apagón general por las altas temperaturas.

Muchos pensarán que tratar a la mayoría de los personajes como protagonistas crea una falta de concentración a veces, lo que no conduciría a pasar tiempo de calidad con los diversos personajes coloridos y sus relaciones, además de todas las grandes secuencias musicales. Pero pasa todo lo contrario, logrando que en el transcurso de casi dos horas y media hora podamos darle un inicio, nudo y cierre apropiado a cada subtrama que seguimos con tanta pasión y musicalización.

Chu demostró ser bien atento y detallista “Crazy Rich Asians” y aquí hace muchísimo más con una cámara, coreografías creativas y melodías pegadizas, como la escena en la piscina con un baile de rap para la canción "96,000", o el club nocturno donde todos bailan salsa hasta que caen en el apagón para "Fiesta". 

El director también experimenta con la cinematografía: hay una secuencia realmente efectiva desde el principio en la que pone un primer plano en la cara de Usnavi mirando con nostalgia todos los demás personajes desde la ventana de una bodega mientras los artistas lo tocan en el reflejo circundante, y Nina y Benny comparten una gravedad romántica desafiando la danza a lo largo del costado de un edificio.

Todo el que conoce mis gustos cinematográficos sabe que "I'm a sucker for a good musical" y este musical de Lin-Manuel Miranda fue exactamente lo que necesitaba. No rehuye a abordar problemas de racismo e inmigración mientras modela las más hermosas banderas del Caribe; así como yo, los espectadores se verán inmersos en una historia llena de canciones y universalmente identificable sobre perseguir sueños y construir una comunidad, una historia para añorar las costumbres que dejamos atrás y el amor familiar que te da un barrio como este.



In The Heights

Ficha técnica

Dirección: Jon M. Chu
Producción: Lin-Manuel Miranda, Quiara Alegría Hudes, Scott Sanders, Anthony Bregman, Mara Jacobs
Guión: Quiara Alegría Hudes
Basado en In the Heights de Quiara Alegría Hudes y Lin-Manuel Miranda
Música: Lin-Manuel Miranda, Alex Lacamoire y Bill Sherman
Cinematografía: Alice Brooks
Montaje: Myron Kerstein
Reparto: Anthony Ramos, Corey Hawkins, Leslie Grace, Melissa Barrera, Olga Merediz, Daphne Rubin-Vega, Gregorio Díaz IV, Jimmy Smits

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