jueves, 12 de octubre de 2017

Blade Runner 2049

Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto largamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)



Una de mis mayores preocupaciones con el cine moderno son las secuelas, porque en su gran mayoría están precediendo a clásicos o películas taquilleras extremadamente exitosas, y en otras ocasiones están buscando alcanzar el éxito que sus antecesoras no lograron conseguir. Ambas situaciones son retantes, porque el camino para llegar a la meta de las taquillas y buena crítica no sólo dependerá en qué tanto varíe la imagen para impresionar al público.

Para mi gran decepción, Blade Runner 2049 no cumplió con las expectativas que el trailer y los comentarios de otras personas habían generado en mí. Y mi desencanto no tiene nada que ver con los aspectos técnicos que son los únicos atractivos de la película, para mi. Sino de toda la parte narrativa que la compone.


La historia se desarrolla 30 años después de que Rick Deckard desapareciera junto a Rachael, en una ciudad de Los Angeles devastada por la destrucción medioambiental, envuelta en el desequilibrio químico y consumida por las avanzadas tecnologías. El protagonista, conocido como K o Joe, es un replicante que trabaja y obedece los oficios de la policía local, ubicando y eliminando modelos de replicantes clandestinos más viejos. Después de acabar con uno de sus casos, encuentra por accidente una caja con huesos de una antigua replicante y un descubrimiento que podría "cambiar la sociedad humana y de replicantes como ya es conocida": esta mujer/replicante tuvo un bebé, lo cual era considerado imposible para ese grupo de seres. A partir de ese momento, Joe debe investigar quién fue, dónde está esa criatura, quién fue su padre y cómo esto cambiará al resto del mundo, si es que logra cambiarlo antes de que la película se acabe.

La situación que más me preocupa con esta trama es que sus personajes son apáticos. Y es injustificable que digan que lo son porque no son humanos reales y naturales, cuando en la historia del 1982 nos mostraron que tienen sentimientos y son capaces de sufrir.


Aún con que la película cuenta con actores de fuerte calibre, estos no lograron llenar las interpretaciones como debían: Joe o K (Ryan Gosling) fue un objeto sin sentimientos ni una muestra de interés, ni siquiera cuando creyó que él era ese bebé de replicante y humano; hay otros personajes que se ven muy sobreactuados y otros poco coordinados; el personaje de Jared Leto no le sacaron el provecho y el máximo de lo que sé que hubiese dado y lo convirtieron en un villano pasivo, otorgándole importancia a Luv (Sylvia Hoeks), quién es el único personaje que sí tiene un desarrollo, aun cuando su cambio no es tan notorio. La entrada de Harrison Ford le dio un poco de fuerza a los demás, pero su aparición no es hasta la segunda parte de la película, cuando el ritmo duerme a la mitad de la audiencia con un paso extremadamente lento para lo que en realidad prometía la historia.

La trama no deja de ser interesante, pero está narrada en un tono flojo, falto de carisma y de la intensidad que solamente fueron logradas en las escasas escenas de acción que tuvo. Incluso algunas de ellas no tuvieron la fuerza que ameritaban.


Si le otorgo puntos a favor de esa fotografía colorida que me da la sensación de un tiempo distópico aparentemente creíble, pues da esa tensión en su atmósfera nublada y dañada. A su vez, los efectos especiales de los vehículos, las armas y las tecnologías futuristas fueron otra novedad que lograron lo que quizás la primera Blade Runner intentó hacer (y que en cierta forma, también lo hizo de una manera increíble, en comparación a la fecha en que fue desarrollada). Otro aspecto que me compró fue la musicalización, compuesta por una banda sonora de violines que complementaban el suspenso que trataban de crear en cada escena de la película.

Blade Runner 2049 no es una secuela terrible, pero no es (para mi) una obra de arte, porque aunque haya cumplido con dar una impresionante cinematografía y un elenco envidiable, se queda corta en términos narrativos y de personajes, y tiene la decepcionante capacidad de dormir a su público, si no logra enbobarlo con los aspectos técnicos que sé que muchos les aplaudirán y no le darán importancia a lo que verdaderamente es importante cuando se hace una continuación de una película: darle sentido coherente y entretenido a su historia.


Blade Runner 2049

Ficha técnica

Dirección: Denis Villeneuve
Producción: Broderick Johnson, Andrew A. Kosove, Cynthia Yorkin y Bud Yorkin
Guion: Hampton Fancher y Michael Green
Historia: Hampton Fancher
Basada en Do Androids Dream of Electric Sheep? de Philip K. Dick
Música: Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Joe Walker
Reparto: Ryan Gosling, Harrison Ford, Robin Wright, Dave Bautista, Ana de Armas, Sylvia Hoeks, Carla Juri, Mackenzie Davis, Barkhad Abdi, David Dastmalchian, Hiam Abbass, Lennie James y Jared Leto 

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