domingo, 28 de octubre de 2018

Crónicas de California: Encuentro de dominicanos en LA


LA es una ciudad de comunidades y culturas, pero la que, para mi, no era tan grande como las demás es la dominicana. Siempre decía: "es que aquí no hay dominicanos". El restaurante de comida dominicana más cercano está en San Diego (a 2 horas y media de distancia). Y cuando te encuentras con una persona que dice ser dominicano, lo celebras como si fuese año nuevo.

No obstante, y para la gran sorpresa de muchos dominicanos en la costa este, hay una gran comunidad de este lado también. Y aún más específico: hay una gran comunidad de dominicanos trabajando en la industria del cine y la televisión en Hollywood. 

En esta semana, el Consulado Dominicano en Los Angeles organizó el primer encuentro de dominicanos de la industria, en sus oficinas en Glendale. Como le dije a dos amigos que me acompañaron, esto no es solo un momento de networking, sino de añorar nuestra propia cultura y ampliar la familia. 

No bien llegamos, ya estábamos intercambiando redes sociales y contactos, hablando de lo que nos hace falta de nuestro país, y las cosas que nunca encontraremos de este lado (como el queso de freír), además de hablar de lo que estamos haciendo y estamos planeando hacer. Me sorprendí al conocer personas que no solo están aquí para desarrollarse como actores o estudiando, también otros que tienen años trabajando para grandes industrias como Disney y Paramount, o que acaban de llegar y se quieren introducir en distintas áreas, como composición musical, animación, cinematografía y otras. 

Hablamos del progreso del cine dominicano, cómo este continúa ampliándose y abriéndole las puertas a nuevos cineastas (una oportunidad que, hay que admitir, solo se da así de rápido en nuestro país), y cómo muchos cineastas aquí quieren trabajar con cineastas y guionistas de allá. Desde caras conocidas, como Paola Lendof, Manny Pérez y Solly Durán, hasta algunas que han trabajado en Buzz Feed (Pero Like) y otras que están también en búsqueda de oportunidades.

Al final de la noche, todo concluía con un "escríbeme", "tenemos que juntarnos" y mi favorito de todos: "vamos a trabajar juntos", lo cual ya es el siguiente paso para mi con algunos de los que conocí.

Siempre me sorprende cómo solo se necesita juntar a 10 dominicanos para de verdad sentirse en casa; no importa si había merenguito o sancocho, la familiaridad con la que nos tratamos es suficiente. 

Gracias al Consulado por organizar este evento. Que sea el primero de muchos encuentros entre nosotros que siempre nos sentimos tan aislados de nuestra cultura, aunque estemos cumpliendo nuestros más anhelados sueños.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario