Seis desconocidos se encuentran en una habitación mortal en la que deberán usar su ingenio para sobrevivir.
Lo diré desde el principio: Escape Room no es lo que cualquiera creería al ver el trailer. Muchas veces, cuando Hollywood trae películas de este estilo (que son de terror, pero parecen vender todo el terror en sus trailers), uno va al cine con la mentalidad de que no será buena. Y es bastante placentero salir con otra mentalidad de vez en cuando. Desde mi punto de vista, Escape Room logra lo que en vida real debe lograr: la desesperación de simplemente querer encontrar la salida.
La historia se enfoca en principio en tres personas: una joven estudiante que no dedica su tiempo a otras cosas que no sean a sus estudios; un joven que trata de mejorar en su trabajo a pesar de los prejuicios; y un exitoso hombre que se ha establecido exitósamente en los negocios convirtiéndose en un obsesionado con el trabajo. Los tres reciben una caja que, una vez logran abrirla, tiene una invitación para un escape room, ofreciéndole 10,000 al que logre salir de la última habitación. Inocentemente, estos se reunen junto con una veterana de guerra, un aficionado de casas de escape, y un ex-minero, quienes han sido atraídos por la emocionante suma que se ofrece. Lo que no saben es que el juego iniciará antes de que ellos puedan entender que sucede, encerrándolos en habitaciones en los que salir con vida es el verdadero premio mayor.
Lo más sorprendente de esta película es la manera tan inteligente en la que se van descubriendo aspectos importantes para los personajes, y esto es gracias a detalles que la habitación esconde con el gran objetivo de provocar a los protagonistas y ver si estos logran reaccionar a tiempo o continuar con la tarea de vida o muerte que se les ha puesto en su camino. Aquí, la agilidad y el trauma de cada uno puede ser utilizado en conjunto para salvarlos a todo, pero esto no será algo que el antagonista les obsequiará, pues si ellos quieren pasar a la siguiente habitación, siempre habrá un sacrificio, y con excepción del que se delata en el trailer, los demás son completamente inesperados.
Es importante reconocer el trabajo de desarrollo de personajes que se ha realizado. A pesar de las muchas coincidencias que se desatan en una sola escena, los guionistas en conjunto con Adam Robitel (The Taking of Deborah Logan -2014-, Insidious: The Last Key -2018-) logran que cada personaje pueda ser destacado por sí solo, otorgándole una historia de fondo que funciona como su debilidad y cómo lo que en muchas ocasiones les salvará la vida.
Por otro lado, la complejidad y el diseño de producción de las habitaciones de escape son el verdadero atractivo, diseñados para que se preste mucha atención, pero con la extremidad letal de una película de terror. Sin embargo, estos se enfocan más en activar la inteligencia de los protagonistas, sin necesidad de enseñar la manera tan brutal en la que cada uno fallece. Se mantiene en la tonalidad de un thriller, con excepción de los jumpscares adoptados. Así mismo, esto es complementado por una banda sonora que sirve para crear esa tensión y desesperación de salir que cada uno de los protagonistas tienen, y que llegan a un punto de quiebre en un cierto momento de la historia.
El aspecto insalvable y que la película no pueda ser considerada mejor de lo que ya es, es el final, cuando ya se supone que todo a terminado, pero que de manera forzada quiere establecer la posibilidad de una secuela siguiendo a los que sobrevivieron y por supuesto agregando a más víctimas a la lista. Es un aspecto que películas como Final Destination, Saw y Hostel. Lamentablemente, es un estilo que ya está siendo agotado y que muchas personas ya no están interesados en seguir, debido a la poca conexión que se crea entre los personajes (como sí lo logran películas como The Purge). En este caso (y spoiler alert), el único común denominador entre los personajes es que son los únicos sobrevivientes de accidentes que vivieron de manera particular, y esto representa el último llamado de la muerte hacia ellos.
No obstante a esto, la película resulta ser entretenida, causa la suficiente tensión para hacerle justicia a su género y es lo suficientemente inteligente para hacer que la audiencia también piense bien sus respuestas. No será la mejor película del mes, pero vale la pena verla.
Ficha técnica
Dirección: Adam Robitel
Producción: Neil Moritz, Ori Marmur
Guion: Bragi F. Schut, Maria Melnik
Música: Brian Tyler, John Carey
Fotografía: Marc Spicer
Montaje: Steve Mirkovich
Reparto: Logan Miller, Deborah Ann Woll, Taylor Russell, Tyler Labine, Jay Ellis, Nik Dodani
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