jueves, 3 de enero de 2019

Crítica Cinéfila: Black Mirror Bandersnatch

En 1984, un joven programador intenta adaptar una caótica novela de fantasía a un vídeojuego. Un desafío alucinante que le llevará a cuestionarse la realidad que le rodea. 



Los videojuegos e incluso los parques temáticos ofrecen el juego interactivo desde hace muchos años, tanto así que las principales apps para celulares se tratan normalmente de este comando. Ya era hora para que el cine también comenzara a ser más interactivo. Y lo hace con un universo que se ha destacado desde sus inicios en la presentación de las nuevas tecnologías como una forma de evolución y autodestrucción de la humanidad a la vez.

Está es la primera película interactiva, desarrollada en el universo/estilo de "Black Mirror" y dirigida por David Slade, en la que el espectador puede tomar decisiones que cambian el rumbo de la historia, con más de cinco finales posibles y 300 minutos filmados en total. También existe la opción de ver la película sin tomar ninguna decisión, lo que da como resultado un film de 90 minutos. ¿Pero por qué elegir esa opción cuando puedes ser tú el director de esta película?

La historia se enfoca en Stefan, un joven creador de videojuegos que finalmente recibe una oferta de producción en una de las compañías de videojuegos más poderosas de Inglaterra, Tuckersoft. Stefan sueña con adaptar el libro Bandersnatch (un libro estilo "choose your own adventure", escrito por Jerome F. Davies). Cuando finalmente recibe esta oferta para producir el videojuego, su vida será envuelta en una serie de decisiones donde la audiencia será que determinará el camino/opción es la mejor para él.


Basándome en mi experiencia personal de "Choose your own adventure", como Dungeons and Dragons y The Siblings Trouble, el atractivo de elegir la decisión que deberá tomar el personaje es muy interesante, y a pesar de que llega a un punto en que parecería ser predecible si se elige una opción en específico, llega a sorprender, enseñándole a la audiencia si las decisiones que toma en la vida son buenas o malas. No obstante, parece que las decisiones que tome Stefan siempre tratarán de estar a un paso de la realidad, pues no importa cuantas veces vuelva a iniciar y trate de tomar otras opciones, si su videojuego no será exitoso, nunca lo será y fin de la historia. No obstante, el acercamiento a los finales lleva al expectador a través de diferentes secuencias, dando una experiencia diferente y, en ocasiones, más placenteras, sobretodo en esos momentos donde normalmente la audiencia cuestiona la inteligencia del personaje. En esta ocasión, la audiencia deja de cuestionar y decide por el personaje. Es verdad que si no decides a tiempo, la película decide por ti; sin embargo, da suficiente tiempo como para elegir una de dos y llevar a Stefan hacia un nuevo camino en su vida.

Todos los caminos son sumamente únicos. Yo hice la película siete veces, y en todas me sorprendió la nueva información que incluía la historia, desde ser enviado a la carcel por asesinar a su padre, saltar por un balcón bajo el efecto de una droga, descubrir que su padre ha escondido que su madre sigue con vida tras muchos años y que solo está experimentando con el cerebro de su hijo, y otros, todos llevando hacia el cuestionante final de si finalmente entregará el videojuego completo a tiempo o no. Es importante vivir cada uno de los finales para entender cuál es en realidad el mejor final de todos desde tu punto de vista. Desde el aspecto narrativo, la historia resulta simple en principio, pero la complejidad inicia a medida que la audiencia toma una decisión en vez de otra. No hay un camino sencillo para Stefan, y sin importar cuanto se intente por elegir el que supuestamente dará un mejor final, ninguno será como lo predices en su totalidad.


Mi mayor queja va hacia el personaje principal, presentado por Fionn Whitehead, a quien ya habíamos visto en Dunkirk. En esta ocasión, y no sé si será porque es un personaje más protagónico que el rol anterior, los momentos en que lo vemos solo se presentan muy sobreactuados. Los momentos donde la audiencia es quien elige su próxima acción desarrollaba una tensión innecesaria, en su mayoría fuera de lugar. Quizás es del momento de espera mientras la audiencia elige una opción, pero aún así parecía un mal momento por parte del actor. Quien verdaderamente entregó un excelente rol de personaje secundario fue Will Poulter, como un famoso diseñador de videojuegos; él es de los pocos actores britanicos que verdaderamente sabe entregar todo tipo de personajes, antagonistas en su mayoría, con una naturalidad y exclusividad que nunca deja de sorprender, en esta ocasión con un tono de voz al que le da para asumir una personalidad distinta en su personaje.

En cinematografía, la película asume el mismo estilo que Black Mirror ha asumido a lo largo de sus distintas temporadas, dando una tonalidad de color sombría y a la vez fría, con un acercamiento a los aspectos tecnológicos, pero sin dejar a un lado la escenografía y diseño de producción muy característica de la época de los años 80.

Lo que Charlie Brooker ha conseguido con el guion de Bandersnatch es revertir los conflictos de la serie y hacer de la tecnología un aliago para contar una historia intensa, oscura e inquietante. Es unna nueva forma de cine y una que seguramente otros copiarán. Quizás con una historia aún más prometedora pero con la inquietante realidad de que la industria está a punto de cambiar.



Bandersnatch

Ficha técnica

Dirección: David Slade
Producción: Russell McLean
Guion: Charlie Brooker
Música: Brian Reitzell
Fotografía: Aaron Morton
Reparto: Fionn Whitehead, Will Poulter, Asim Chaudhry, Craig Parkinson, Alice Lowe, Tallulah Haddon, Jonathan Aris, Paul Bradley, Alan Asaad, Suzanne Burden, Jeff Minter

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